domingo, 31 de agosto de 2008

Siempre, o casi

El inglés "always", siempre, debe de venir de "all ways", todas las maneras (partiendo de la base de que "my way" es "a mi manera"). En castellano e italiano o catalán (siempre, sempre) viene del latín "semper" (" semper fidelis", la marcha americana). "Semper" a su vez puede que proceda de una raiz sánscrita "sam", una vez, y la preposición latina "per", por. Así que expresaría esa idea de "por una vez", todo de una tacada. Hubo una campaña de Coca Cola con ese lema simple, directo y sin duda eficaz: "Siempre Coca Cola". Y así aparecía en las latas en varios idiomas. También en francés, y me costó enterarme, porque yo esperaba una palabra francesa similar a "siempre" y lo que ponía era, claro, "toujours". Y "toujours" viene de "todos los días", que podemos convenir que es equivalente a decir "siempre". Y sin embargo a mi me parece que la traducción más exacta de siempre sería "por un tiempo"...

sábado, 30 de agosto de 2008

Western, amor

No entendía en las películas la parte del amor. Cuando el final era casi siempre un beso. Podía ser una del oeste, de piratas, de lo que fuera; siempre había una chica esperando al héroe y el "fin" aparecía sobre la escena del beso (ahora ya no hay "fin", ni "the end", pero esa es otra historia). La parte del amor era lo más aburrido. Eran jovenes, guapos y simpáticos; se caían bien y se enamoraban. Así sin más. No lo entendía (yo creía que había que conocerse más). Ayer vi el final de una de aquellas películas en la televisión. El oficial de caballería (el séptimo, supongo) sale del refugio en medio del ataque de los indios. A punto de llegar al establo donde están los caballos le alcanza una flecha (en el hombro, afortunadamente) y cae al suelo. La chica, que seguía expectante la carrera, cierra los ojos y abate la cabeza en manifestación de dolor. Lo he sentido. Me he puesto en su lugar. O me he puesto en el lugar del herido (y alguien me mira y me quiere). Le hubiera sujetado por los brazos, le hubiera dicho: "Tranquila, no ha sido nada".

viernes, 29 de agosto de 2008

Efecto retroactivo

Si un solitario... Puntualizo: Si alguien que se siente solitario... No me convence. Si alguien hace algo (dar un paseo, leer un libro, esperar el autobús, solo en casa cuatro) y haciéndolo se siente solitario... Sí, ésta es la idea. Si luego lo cuenta, si lo comparte con otro alguien (si lo escribe en el blog); de alguna (extraña) manera logra cambiar el pasado. Ya no estuvo tan solo.

jueves, 28 de agosto de 2008

Gente

1.300 millones de chinos. 1.100 millones de indios. 300 millones de estadounidenses. 245 millones de indonesios. Ya voy por la mitad de la humanidad. La lista sigue (46 millones en España). Ninguno escogió donde nacer. Todos son seres humanos. Una vez que los sitúo, cada grupo en su parte del mapamundi, me agobian menos. Mientras nazcan y mueran a millones, apenas me afecta. No tienen cara. No quiero vérsela. Siguen royendo el planeta (seguimos). Sé que de alguna forma somos todos lo mismo, pero ninguno va a morir por mí.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Esta noche

Bip. ¿Qué ha sido eso?. Sigo durmiendo. Bip. Debe ser un móvil. Batería baja. Pongo "bip", pero el sonido no es ese. Ni "pi".¿Es posible que sea una sílaba japonesa?. Sería la que usan en Japón como onomatopeya de sonido electrónico. No sé reproducirlo; lo dejaré en "bip". Cuando estoy a punto de volver a dormirme (o puede que dormido), lo escucho de nuevo. No quiero mirar al reloj. No quiero saber cada cuanto tiempo pita. Aún confío en que me dormiré lo suficiente para no despertarme con el siguiente "bip". Eso, o que la batería se agote del todo. Bip. Recuerdo que a veces solía oir el despertador de un vecino a las seis de la mañana. Dos o tres pitidos, hasta que lo apagaba. Una vez se dejó la alarma conectada al irse de vacaciones. Puntualmente cada mañana a las seis se oían los pitidos durante sus buenos cinco minutos. De forma muy tenue, es cierto. Bip. No sé, ¿no podía pitar cada media hora?. ¿Tiene que ser tan seguido?. Me doy la vuelta, no abro los ojos, valoro la posibilidad de taparme los oídos de alguna forma. Creo que está a punto de pitar de nuevo... Pues parece que no... Bip.

martes, 26 de agosto de 2008

Malditos pajaritos

Diré la verdad. No tengo ni idea de a qué se refería Milan Kundera cuando hablaba de la insoportable levedad del ser. Lógico por otra parte porque no he leido ese libro ni ningún otro suyo (me parece que ya no está de moda), aunque sí vi la película. Me pareció que iba de amoríos entre cuatro jóvenes. De la levedad del ser y su insoportabilidad, ni rastro. En todo caso yo me imagino más fácilmente la pesadez del ser. Todos los seres humanos que habitan la tierra más todos aquellos que la habitaron un día. Cada uno un ser complejo con sus cualidades, sus defectos, sus dudas; con toda la pesadez de su ser a cuestas. De modo que el peso total resulta abrumador. De hecho, insoportable. Me parece que es tan obvia la insoportabilidad de la pesadez del ser que Kundera lo que hizo fue un juego de palabras; como aquella mañana de domingo en la campiña en la que se respiraba una gran paz, con una ligera brisa moviendo las ramas de los árboles y trinos de pájaros de fondo, y al comentarlo así alguien del grupo, otro contestó: Sí, qué paz, si no fuera por esos malditos pajaritos...

lunes, 25 de agosto de 2008

El olor de la higuera

Aparqué el coche en un camino sin asfaltar. Buscaba la sombra y lo arrimé a la vegetación de la ladera. Entre las plantas que originaban la sombra debía haber una higuera. Debía digo, porque no es que la viera, la olí. La sombra estaba impregnada de un fuerte olor a higuera; o a higos (no sé como se nombra ese olor). Me encantan los higos (by the way), pero aún no era época, así que no debía haberlos. La presunta higuera estaba camuflada entre otros árboles y arbustos y en la penumbra que formaban no se distinguía gran cosa. Lo único fuera de lugar allí era el coche.

domingo, 24 de agosto de 2008

Más felicidad

Una característica de la felicidad es que es efímera. Cuando uno es consciente de la felicidad es justo cuando acaba de pasar. Uno ha sido feliz y en ese preciso momento en que lo valora ya no lo es tanto. O quizás lo que es la felicidad es inaprensible, como si nos acercáramos a ella pero nunca la atrapáramos con nuestras manos (porque siempre se puede ser más feliz, o simplemente porque seguimos perdidos y no sabemos en que consiste exactamente). Por eso una buena actitud a adoptar es la de decidir que ahora mismo soy feliz. Aún diría más, decidiré que vivir es un sinónimo de ser feliz. Alguien podría deducir que entonces lo que pasa es que la felicidad es poca cosa. Y puede que así sea, ¿pero qué esperabas?, si quieres trompetas tendrás que contratar unos mariachis.

sábado, 23 de agosto de 2008

Dos citas sobre la felicidad colectiva

Tolstoi dijo en Ana Karenina: “Todas las familias felices se parecen. Cada familia infeliz lo es a su manera“. Hegel ya había dicho antes: "Las épocas felices son páginas en blanco en el libro de la historia". El caso es que no creo que haya muchas páginas en blanco en ese libro. Puedo imaginar una novela de ciencia ficción sobre una sociedad sin conflictos en la que la gente comienza a desesperarse de aburrimiento (ya digo que sería ciencia ficción). Tampoco sé si existen las familias felices a secas. Sí creo que puede haber familias felices "a pesar de todo" (cosas más raras se han visto).

viernes, 22 de agosto de 2008

Episodio

Me acosté tan normal y a la mañana no podía levantarme. Contractura, lumbago, ciática, no sé, algo de la espalda. Tenía que andar agachado, daba risa. Ese día procuré caminar despacio, semierguido, lo más dignamente posible. A la noche tomé ibuprofeno por recomendación no facultativa (me sentía como un tablón de madera). Al día siguiente ya estaba mejor, paulatinamente fueron desapareciendo las molestias. Al otro día al despertar me pareció encontrarme poseedor de una nueva movilidad. Accioné brazos, piernas, cuello y me sorprendió encontrarme con los viejos límites, el punto de torsión del que antes tampoco podía pasar. Me reencontré con mis viejas fronteras. Y el caso es que me gustaría expandirlas un poquito.

jueves, 21 de agosto de 2008

Contigo aprendí

Me gusta tener la razón, ¿y a quién no?. Pero me voy dando cuenta de que también deseo no tenerla. Cuando oigo o leo (más frecuentemente leo) algo que desmonta mis opiniones actuales, algo que me convence de verdad, algo que me da un nuevo punto de vista que a mí sinceramente no se me hubiera ocurrido en cien años, si pasa eso siento que estoy vivo. Me alegro al ver que aún puedo cambiar de opinión, que no lo doy todo por hecho, que sigo creciendo (quizás hacia un costado). Quítame la razón, te lo agradeceré.

miércoles, 20 de agosto de 2008

La sabiduría de los pueblos

Es conocido que a Robert Louis Stevenson (la isla del tesoro) los nativos de Samoa le llamaron Tusitala, "el que cuenta historias". No es tan conocido que a Karen Blixen (alias Isak Dinesen, memorias de África) un líder de los kikuyo de Kenia le otorgó el nombre de Jerie, "la única que escucha". No todos sabemos contar adecuadamente una historia, sin embargo parece que cualquiera podría escuchar. Podría sí, pero tampoco es tan común. Y desde luego me parece el primer requisito a observar antes de hablar, aunque normalmente nos saltamos ese pequeño engorro...

martes, 19 de agosto de 2008

Homo ludens

¿No son las Olimpiadas un juego?. Todos (o casi) los países del mundo reunidos para jugar. Todos los niños de la escalera juntos en un juego de normas confusas. Homo faber, homo sapiens, homo ludens. Johan Huizinga escribió su libro "Homo Ludens" en 1938. "El hombre que juega", ese eres tú. Ese soy yo. Algo tendré de faber (la O con un canuto y poco más) y algo tendré de sapiens (idem de idem), pero más tengo de ludens. A mi edad...

lunes, 18 de agosto de 2008

Casualidad, o no

Una casualidad es que te toque la lotería. Un milagro es que te toque la lotería sin comprar el décimo. Una paradoja es que algo parezca una casualidad, pero no lo sea. Encontrarse por la calle con alguien a quien no habías visto en años es lo normal. Si andas por la calle habitualmente y cada día te cruzas con x personas, es solo cuestión de tiempo que te tropieces con esa persona. Que te vuelvas a cruzar con ella al día siguiente sí puede ser una casualidad (a no ser que ese alguien se haya mudado a tu barrio). Muchos sucesos que parecen grandes casualidades se pueden explicar con la estadística. Cosas del azar. Si un día, de pronto, empiezas a ver embarazadas por todas partes, es que antes no te habías fijado.

domingo, 17 de agosto de 2008

Los buenos principios

Si me hubieran dado tiempo podría haber leído todos los libros. No tengo ese tiempo, y además tampoco leo tanto, así que he readecuado mi objetivo y me propongo leer la primera frase de todos esos libros imprescindibles. Cuando curioseo en una librería (o en internet) y veo un libro que me parece interesante busco el comienzo y leo esa primera frase. Confío en que los autores (de hecho me consta en algunos) han pensado, repensado y medido cada palabra de esa primera frase, como no meditaron ninguna otra (excepto quizás la última). Así leyéndola puedo sentir el libro un poco mío y ya no me será nunca del todo desconocido.

sábado, 16 de agosto de 2008

Prodigios

Yo no fui un niño prodigio. Me faltó talento, me faltó de todo. Me faltaron hasta ganas de ser un niño prodigio. Ahora me apetece ser un hombre prodigio, pero no me sale. Niños, jovenes prodigio haberlos haylos. Alguien que se pone al violoncello y le saca música (con un violoncello no es tan fácil, si aún fuera un violín...). Hace falta talento, pero sobre todo creo que hace falta entusiasmo. Me da la impresión que los mayores prodigios de la humanidad están por venir. Quizás alguno esté tomando la teta ahora mismo. Será el mejor (la mejor) con el violoncello, el balón o los cálculos astronómicos. Vivirán intensamente.

viernes, 15 de agosto de 2008

TV por satélite

Fui pasando los canales con el mando remoto. Como de costumbre había algunos en alemán, el francés de siempre y uno en inglés, que de primeras pensé que sería el BBC world. Un telepredicador lanzaba su sermón. A la noche cuando pasaba de nuevo los canales me encontré con otro predicador. Aquello no era la BBC. Me fijé mejor en el logo. Algo de Europa. Bueno, que más daba, continué con el baile de canales. La siguiente vez que pulsé el cuatro en el mando hablaban de un gran encuentro en San Francisco al que no se podía faltar, y el canal era God Europe. ¡El canal de Dios! (bueno Dios dirigiéndose específicamente a Europa). Supongo que la idea es poner toda la tecnología actual al servicio de Dios (el lema del canal es "One billion souls", mil millones de almas), pero no puedo dejar de pensar que poner God TV a un canal de televisión debe de ser una de las formas de usar su nombre en vano...

jueves, 14 de agosto de 2008

En lo esencial

La escritora Carson McCullers se había separado de su marido Reeves en 1940. En 1945, cuando Reeves regresó de la guerra, le pidió que se casaran de nuevo. Carson se lo pensó y consultó a varias personas. Entre ellas a su psiquiatra, que le dijo: "En lo esencial, los hombres no cambian por una guerra". Uno va a la segunda guerra mundial y vuelve igual (en lo esencial). ¿No es terrible, o al menos inquietante?. Y sí, se volvieron a casar.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Cambio de periódico

No tenían el periódico que suelo leer y compré otro. Y parece que vivo otra vida en otra sociedad. Muchos desconocidos explicando sus cosas. Otras noticias. El orden de las secciones (internacional, economía, deportes...) me despista. Añoro lo viejo conocido. Me acuerdo del músico viejo que no puede aprender una canción nueva. El periódico es un elemento colchón que ayuda a ajustar el reparto de tiempo en un día (en otros casos sirve para envolver el bocadillo).

martes, 12 de agosto de 2008

En bicicleta

Alquilé una bicicleta. Recelaba, porque experiencias anteriores no había sido satisfactorias, pero esta vez he tenido suerte. Pude regular la altura del sillín y los cambios iban razonablemente bien. Así que a las siete de la mañana recorrí el carril bicis hasta Palma. Nótense los dos datos de la frase anterior; uno, las siete de la mañana; dos, Palma. No conocía la ciudad, así que al llegar (el carril bicis por la costa es una maravilla) me metí entre calles al azar. Por las calles desiertas, sólo la ciudad y yo.

lunes, 11 de agosto de 2008

Importando

Hace tiempo que llegamos a un acuerdo sobre la importancia de las pequeñas cosas (la duda que me queda es sobre las grandes, ¿existen?, ¿qué las hace grandes?, ¿cómo son de importantes?). En "No ficción" Vicente Verdú habla de una época suya en la que "me veía tan incapaz de afrontar las grandes cosas, que me obsesionaba con las pequeñas". El momento en que comenzamos a obsesionarnos con una pequeña cosa es justo cuando esa pequeña cosa (o cosita) pierde toda su importancia.