martes, 20 de julio de 2010

El antiguo inquilino

Dice Julian Barnes que cuando se puso a escribir su primera novela se impuso dos normas: "No weather and no dreams". Ni hablar del tiempo, ni contar sueños. Simpatizo con ese criterio y yo mismo he tenido ese mismo propósito en cuanto al tiempo en este blog; no así respecto a los sueños. Primero, porque esto no es una novela y segundo porque reflejándolos aquí "atrapo" esos sueños que de otra forma huirían sin dejar huella. Y, ya puestos, tercero, porque igual en sueños soy más creativo que despierto.
Y era que me decía uno (un intermediario) que había alguien que quería hablar conmigo. Un antiguo inquilino. ¿De ésta casa?, preguntaba refiriéndome a la que tenía detrás (estaba delante de la puerta, en la acera). "No, no", me aclaraba, "es un antiguo inquilino de tu cuerpo". ¿Mi cuerpo?, bueno, ¿es eso posible?. Pensaba que el único inquilino de mi cuerpo había sido siempre yo. Incluso que lo había "visto" crecer. Pero también es cierto que vivimos sobre un lecho de falsos recuerdos. Todo podía suceder. La verdad es que yo también estaba interesado en hablar con esa persona. Esa persona que ahora moraba en otro cuerpo, pero en una época anterior había morado en el mío (que ya no estaba seguro de poder llamar mío). Me entró una gran curiosidad por saber qué partido hubiera podido sacar a este cuerpo que, después de todo, no está tan mal. Al parecer era un cuerpo bastante solicitado. ¿Habría tenido éxito donde yo he fracasado?. ¿Podría darme algún consejo?, ¿algún truco para mejorar mis prestaciones?.