jueves, 21 de marzo de 2013

Muy listo

Tengo que confesar que me creo muy listo. Nada que no suela pasar, entiendo. Es un mecanismo de autodefensa al alcance de cualquiera. Casi todo el mundo se cree muy listo. Pero el caso es que después de considerar todo esto, me sigo creyendo muy listo; lo que resulta ya preocupante. Y en éstas estaba cuando he hecho el "test de las efes". En un pequeño texto en inglés hay que contar cuantas efes ves. No cuantas hay, sino cuantas ves; porque resulta que tú ves cuatro pero hay ocho. La preposición "of" aparece cuatro veces y lo normal es no contar esas efes. Sólo las grandes mentes las cuentan. Pero yo no soy "normal", entonces ¿por qué no las he visto/contado?. ¿Va a ser que no soy tan listo?. Aunque no lo descarto del todo creo que he encontrado una explicación, un paliativo, para el desconcertante resultado del test. Claro, el test está pensado para angloparlantes. Un inglés lee el texto y pasa por alto las preposiciones que no necesita para entender el significado. Un españolito de a pie contaría correctamente las ocho efes sin entender el texto. Pero yo no. El peso de mi saber me ha lastrado y no me ha dejado ver las cuatro efes extra. No, si pensándolo un poco todo tiene su explicación.

viernes, 1 de marzo de 2013

Mi record mundial

Se ha difundido estos días la imagen de una japonesa de 114 años como poseedora del record Guinness de longevidad femenina. Me causa extrañeza que alguien pueda asegurar tal cosa, siendo tantos como somos en el planeta; aunque lo que no tiene duda es que alguien tiene el record, sea esta señora u otra que no ha salido en los papeles. Por cierto que dicha señora no parece hacer mucho caso al ministro que dijo hace poco que los jubilados japoneses deberían darse algo más de prisa en morirse para que el sistema de pensiones no se colapsase. El ministro recordaba por lo visto la costumbre campesina de dejar a su suerte a los ancianos que habían perdido todos los dientes en la cima del monte Narayama (como se cuenta en la película "La balada de Narayama"). Volviendo a los records me he dado cuenta de que yo mismo fui poseedor en su día de uno. Mundial y absoluto y que incluía tanto al género masculino como al femenino, aunque reconozco que la organización de los "Guinness World Records" no ha considerado oportuno reconocérmelo Pero lo tuve, aquí donde me véis (o me intuís) fui durante un tiempo, seguramente breve tirando a muy breve, el ser humano más joven del planeta.