viernes, 14 de febrero de 2014

De triunfo en triunfo hasta la derrota final

Lo malo de esperar a que pase es que acaba pasando. Todo pasa y todo queda (Machado/Serrat), y todos los plazos se cumplen. El tiempo es el arma definitiva; siempre recuerdo como se acabaron las horas extras retribuidas en mi empresa (perdón por lo prosaico del ejemplo). La fórmula fue muy sencilla: Este año lo dejamos tal cual, el que viene ponemos un máximo de horas que no se podrá sobrepasar y al otro ya no se cobrarán horas extras (se compensan con tiempo libre si fuera el caso). Aplicado a cualquier otra cosa: Tú tranquilo que hasta dentro de x tiempo no te afectará, luego sólo un poco y más tarde, entonces sí, pero queda tanto.. Vamos que no queda nada, que mañana hace mucho que es ayer. Mira este blog. En la parte izquierda puedes ver que comenzó su andadura (no tan dura después de todo) en el año 2007, y por el número de entradas publicadas se ve lo entusiasta que fue uno durante los primeros dos años y pico. Ahora pueden más otras cosas. Confieso que una de las razones de no escribir más es la de no aparecer como un eterno amargado, derrotado, escéptico. Porque una de mis convicciones (dicho sea con todas las comillas del mundo) es que ya que vamos derechos hacia el desastre, ya que las células se nos oxidan y cada día nos parece más ajeno el tipo del espejo, ya que vamos a perder seguro, ya que se aproxima inexorablemente la batalla de la vejez (Philip Roth me corrige, la vejez no es una batalla, es una masacre), ya que todas esas cosas y muchas más; al menos vamos a levantar la vista y perder con estilo, con una sonrisa.

1 comentario:

Elly dijo...

Yo sin embargo, me esfuerzo por creer en una visión positiva de todo lo que vivimos. Porque podría ser peor: podríamos no haberlo vivido.

Un saludo ;)