miércoles, 28 de mayo de 2014

Pensamiento deslavazado

He salido de casa y al bajar los ocho escalones que separan los soportales del nivel de la calle me ha venido a la cabeza Kensington Road, la calle de Londres. Es que me alojé una vez en un hotel allí y recuerdo las escaleras delante de cada puerta. El caso es que nunca antes se me había ocurrido el paralelismo. Dice Fernando Savater que es risible que un mamífero pretenda entender el universo (y seguro que tenía en mente a los mamíferos más listos, entre los que no me encuentro). Los mamíferos en general bastante tienen (tenemos) con mamar y dormir. En esa línea de no entender vengo preguntándome últimamente por los mecanismos del pensamiento. Mi impresión es que estamos "pensando" todo el tiempo y mis primeras incógnitas son ¿por qué en una cosa y no en otra? y ¿cómo pasamos de un tema a otro?. En ese fluir continuo de la mente también me parece que no salimos de unos cuantos temas habituales (cada uno los suyos, eso sí). Una clave es el lenguaje, las palabras. Sin ellas no sé si sería posible pensar en absoluto (más bien solo sentir). Así que el mecanismo sería sentir algo a través de un estímulo captado por los sentidos , traducirlo a palabras y a partir de ahí elaborarlo contando con sentimientos y palabras que tengamos en la memoria (que ésa es otra) y sacar alguna conclusión. Claro que la conclusión es casi siempre una incertidumbre, duda, suposición o pregunta. O así lo pienso yo, ya que existo.

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