miércoles, 11 de marzo de 2015

Sentimiento en entredicho

Nuestro devenir está condicionado por dos factores, lo exterior y lo interior. Paul Auster adoptaba también este criterio en sus dos (o en dos de sus) libros autobiográficos. En "Diario de invierno" se refería a lo de fuera y en "Informe del interior" a lo de dentro. Más o menos. Y lo de dentro, digo yo, está gobernado a su vez por otros dos factores, el sentimiento y la razón. Misteriosamente estos dos nebulosos principios a veces van de la mano (las más me parece) y otras veces disienten (disiente el sentimiento, la razón hace lo que puede). Lo razonable es la historia de mi vida, "no problem" con la razón. Otra cosa es el sentimiento. Hay algo que me preocupa. Sin entrar en los porqués de sentir esto o lo otro (libros se han escrito), mi problema con los sentimientos es la intensidad. Uno puede sentir alegría, pena, sosiego, envidia, compasión, mil cosas puede sentir y siente, pero ¿siente bastante?. ¿Siento bastante o soy más bien un poquito descafeinado, un poquito desalmado?.

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