jueves, 30 de julio de 2015

Indago luego insisto

El suizo no es un idioma, el húngaro sí; aunque no sea indoeuropeo y aunque sea incomprensible para ignorantes como yo. En húngaro escribió Sándor Márai, incluso durante los cuarenta y un años que vivió exiliado. De ellos veintiséis lo hizo en Estados Unidos, donde es apenas conocido (sólo se le tradujo al inglés después de su muerte). En España sin embargo es bastante popular, supongo que por una combinación de azar y calidad literaria . En 1942 publicó la novela "El último encuentro", considerada su mejor obra. Bueno, he escrito "El último encuentro", pero cuando se publicó por primera vez en España (en 1946) el título fue "A la luz de los candelabros", mucho más fiel al original, cuya traducción debe ser algo así como "Arden las velas hasta el final" (¿qué tenía de malo?). En inglés se ha titulado, de modo más conciso, "Embers" (rescoldos). Curiosamente la traductora al inglés (Carol Brown Janeway) no conoce el húngaro (como me pasa a mí) y utilizó las versiones en francés y alemán para escribir la suya en inglés. En fin, que uno empieza a indagar y no sabe cuando decir basta.

jueves, 16 de julio de 2015

Grexit

"Exitus" es salida en latín, con lo que nos encontramos con el caso curioso de que es el inglés, una lengua no latina, el idioma que ha heredado el término de forma más literal (exit, salida). En castellano en cambio el significado de "éxito" se asocia sólo a una "salida" que ha resultado favorable. Esto pensaba al ponerse de moda estos días el término "Grexit", aludiendo a la posible salida de Grecia del euro (y su vuelta al dracma). Pero claro, ¿el éxito es siempre favorable?. Al final el éxito (y el fracaso, Kipling) más que una salida puede que sea una huida (eso sí, hacia adelante). En cuanto a Grecia y lo más conveniente para su economía, tengo la impresión de que aún cuando dedicara lo que me queda de vida a estudiar el caso, documentándome, comparando opiniones, barajando hipótesis, ¡aprendiendo griego!; aún así no conseguiría entender el problema y formarme una opinión sólida. Así que me ahorro el esfuerzo (vago, hay consenso de que soy algo vago) y me limito a apuntar la sensación térmica de que fuera del euro es muy posible que haga frío.