martes, 25 de agosto de 2015

Corta pero dulce

Aviso, esta entrada acaba mal; así que voy a intentar que por lo menos empiece bien. Va sobre la vida, gran tema (del que por cierto no tengo mucha idea). Una buena frase sobre la vida es ésta que aparecía en una tragedia de Eurípides: "la vida es corta, pero dulce". Está puesta en la boca de un anciano; un anciano griego en el siglo V antes de Cristo, igual sabían más que nosotros. Me gusta la frase, breve como la vida y dulce como los higos. Y es que la vida te da sorpresas, o, visto desde el otro lado, sorpresas te da la vida. La vida, en su brevedad, está llena de sorpresas, bueno, llena, según. Aunque hay sorpresas buenas y malas (porque si son indiferentes, ¿dónde está la sorpresa?), yo encuentro "sorpresa" un término positivo (dulce); una fiesta sorpresa, por ejemplo, o no le digas que he venido, así será una sorpresa. Cuando una sorpresa es negativa (amarga) se suele añadir un adjetivo, "me llevé una desagradable sorpresa". Pensándolo bien la vida misma es una sorpresa, aunque no nos demos cuenta en el momento en que nos la dan, ya que para evitarnos el susto nacemos muy pequeños. Luego al crecer es cuando a veces algunos podemos sospechar de la tremenda sorpresa de vivir esta vida sin que nadie nos haya consultado antes. He escrito susto, y por ahí iría la opinión del pesimista: la vida está llena de sustos, más que de sorpresas . La vida nos pregunta de vez en cuando ¿susto o muerte?. Y nos apresuramos a contestar, susto (pero no perdamos de vista nuestra frase, corta pero dulce). Y así vamos de susto en sorpresa y de sorpresa en susto hasta que la vida un día pregunta ¿susto o muerte? y contestamos susto, susto, y la vida replica, ¡sorpresa! esta vez toca muerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entrar aquí siempre es una sorpresa. Dé señales de vida, "pa" los que le seguimos, por favor.

Javier dijo...

Trátame de tú, por favor... y ya doy señales de vida (casi inteligente). Gracias por el comentario.