domingo, 28 de mayo de 2017

Elogio de la locura

Andando en bici te das cuenta de que el llano no existe. "Andando en bici" puede ser un oxímoron, una especie de contradicción en los términos. Otro puede ser "risueña tristeza", pero quizás no; una tristeza risueña me parece no solo posible sino incluso aconsejable, Antes solía pensar que a la hipotética pregunta ¿eres feliz? podría responder que soy razonablemente feliz. Ahora mismo tiendo a pensar que igualmente podría responder que soy razonablemente infeliz. Es casi lo mismo, la clave es ser razonable. "Te das cuenta", decía. Un día, por lo que sea, te das cuenta de algo y otro día te das cuenta de que debe haber muchas cosas de las que no te das cuenta. Andando en bici interiorizas que el terreno llano no existe: o vas subiendo o vas bajando. ¿No pasará lo mismo con tantas otras cosas?. ¿No es todo más que ayer pero menos que mañana o, de modo más pragmático, menos que ayer pero más que mañana?. En todo caso siempre estamos buscando el punto medio, el llano, el equilibrio, instintivamente. Centrémonos. Iba a titular esta entrada "Elogio de la moderación", pero con ese título hoy en día no vendes un zapato, así que he plagiado a Erasmo, que también escribió con segundas y obtuvo un éxito instantáneo. El precio a pagar es que se te entienda al revés (pero tampoco importa)

viernes, 19 de mayo de 2017

Instinto básico

Dicen que nuestros problemas de espalda tienen su origen en que, aunque últimamente caminamos sobre las dos piernas, nuestra especie se desarrolló caminando sobre piernas y brazos (o dicho más crudamente a cuatro patas). Somos monos que nos vamos adaptando a lo que hay, monos "muy listos" que nos hemos puesto de pie con grave perjuicio para nuestra columna vertebral. También me ha parecido siempre de cajón que si dormimos por la noche no es porque el cerebro necesite descansar sino al revés, el cerebro se ha desarrollado con la necesidad de descansar porque ¿qué íbamos a hacer tanto tiempo a oscuras mientras el planeta que infectamos giraba y nos ocultaba del sol? La llegada del género humano al siglo XXI viene a ser como la de King Kong a Nueva York. La reacción natural (quizás tras preguntarnos ¿quién paga todo esto? como Josep Pla cuando vio la gran manzana iluminada) es la de subirnos al primer árbol (o rascacielos) que tengamos a mano (o pie) y gruñir y manotear a los drones (o biplanos) que se acerquen.

viernes, 12 de mayo de 2017

En algún lugar del Midwest

He leído la novela "Gilead" de Marilynne Robinson (premio Pulitzer 2005) y me he acordado del "cinturón de la biblia", esa amplia zona de los Estados Unidos donde tienen mucha fuerza las iglesias evangélicas (y me entero ahora de que hay estados con leyes que impiden que un ateo acceda a un cargo público). Gilead es un nombre bíblico que en la novela es el de un supuesto pueblo de Iowa. El libro consiste en las vivencias y reflexiones de un pastor presbiteriano. Bueno, resulta que Iowa no está dentro de ese "cinturón", pero Gilead encajaría bien. Las referencias al "bible belt" suelen implicar connotaciones negativas; intolerancia, racismo.. y puede que muchas veces sea un prejuicio injusto, ya que ¿puede haber una persona mejor que un cristiano perfecto?. John Ames, el pastor de la novela, lo intenta con toda su alma (ser un buen cristiano), y me recuerda una vez más ese tema eterno de la existencia de Dios. John Ames está absolutamente seguro de que existe. Yo, no sé. No tengo base para saberlo y se me hace difícil pensar que alguien la tenga. Me parece que más que dilucidar si puedo ser creyente o ateo solo puedo ponderar si soy más bien crédulo o tiendo a incrédulo. También me parece que la existencia de Dios admite dos posibilidades: o es el bulo de mayor éxito de la historia del mundo (incluso después de Twitter) o es la única verdad del universo. Por cierto, refiriéndose a la historia del mundo, la historia del hombre, comenta John Ames que bien podría hacer llorar a una piedra.

miércoles, 3 de mayo de 2017

La otra verdad

Ya he opinado alguna vez que no soy quien para opinar. Pero casi nadie es quien y casi todos opinan, así que en fin, me contradigo; en eso consiste ser humano. También he dicho (aunque no te acuerdes) que la verdad no existe, es otra opinión. Ahora tenemos la posverdad, un término de acuñación relativamente nueva. La posverdad es atender a las creencias y estado anímico propios antes que a los hechos en sí. Me da que esto ya se hacía antes. Alguno ha dicho que posverdad es otro nombre, un disfraz, de la mentira. Me acuerdo de aquel que indicaba al conductor, gira a la derecha, y cuando este giraba a la derecha (la convención universal de la derecha) el otro le corregía, no, no, tu otra derecha (también conocida como izquierda). Aunque verdad y mentira no existen en estado puro, utilizamos ambos términos para entendernos por aproximación y muchos, más que ideas antagónicas, lo que manejan es la verdad y la otra verdad. La otra verdad a la que ahora también llaman posverdad y que antiguamente se conocía como mentira cochina.