jueves, 31 de agosto de 2017

Novum sermo

He inventado una palabra, creo. No es que falten, palabras, ni tampoco es algo raro inventar una. Se supone que todas las palabras tuvieron una primera vez de ser pronunciadas, de ser escritas. Y alguien las diría. Ya, que no... las palabras son un producto colectivo de los humanos, son la demostración de que no soy nada sin ti. Aún así hay muchas palabras inventadas, con fecha de nacimiento. Alguien aisló un concepto y le puso nombre. En este caso he utilizado el método inverso, primero he puesto el nombre y ya iremos deduciendo el concepto. Bueno, el concepto ya estaba inventado. Digamos que mi palabra quiere significar, quiere abarcar todo lo referente al "yo". El yo y la circunstancia de Ortega y Gasset resumido aún más. Mi palabra es, tatachán, "yoedad". No está reconocida por la RAE y quede aquí constancia con fecha de publicación para que en el futuro, si la palabra cuaja (que no creo), se pueda contrastar dónde y cómo apareció por primera vez. La yoedad, amplío un poco el concepto, incluiría lo preconsciente, lo consciente, lo subconsciente y lo inconsciente. Pongo un ejemplo práctico de su utilización. Estaba aquella señora en el psiquiatra y al terminar la sesión este le decía "mañana trabajaremos con el inconsciente" y contestaba la señora, "lo siento doctor, mañana mi marido no puede venir". "No, señora" concluía el psiquiatra " me estaba refiriendo a su yoedad".

domingo, 27 de agosto de 2017

¿Nada que temer?

El latín no sirve para nada, decían cuando aún se daba latín en el colegio (del griego ni hablamos). La filosofía tampoco. Aunque ignorante recalcitrante yo sospechaba que sí servían, honestamente lo digo. Todo sirve y con el tiempo uno se cubre de una muy leve pátina de cultura, o lo que sea, que consiste en algunos conceptos generales entendidos la mitad al revés y la otra mitad de modo correcto. Aproximadamente. Así aprendimos del estoicismo y del hedonismo. Una especie de cara y cruz de la misma moneda. Percibí en aquellas lecciones de filosofía un cierto desprecio por ambas escuelas. Simplificando al máximo una se basaba en apechugar con el dolor y la otra en la búsqueda del placer. El vaso medio vacío o medio lleno, ¡qué ingenuos!. He recordado esto por la idea de Epicuro sobre la muerte: cuando tú eres, tu muerte todavía no es; y cuando tu muerte sea, tú ya no serás. O sea, como tituló Julian Barnes su libro, "nada que temer". Por saber algo más (sin pasarme) he consultado google y he encontrado una página con "las treinta mejores frases de Epicuro". Maravilloso, las treinta mejores, o sea que aún tiene más. Si yo tuviera treinta mejores frases coincidirían con mis treinta peores frases, porque no habría más. Epicuro (hedonismo) y Zenón de Citio (estoicismo) fueron coetáneos y supongo que se conocieron. Las frases que se les atribuyen están llenas de buen sentido. Para mí que estaban de acuerdo en casi todo.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Tu mejor versión

En la segunda temporada de Fargo (la mejor, la tercera baja mucho) el personaje Peggy Bloomquist (encarnado por Kirsten Dunst) alude repetidamente a su deseo de ser "la mejor versión de mí misma". Es uno de los chistes de la serie, un latiguillo de la no muy inteligente, pero muy humana, Peggy. Hoy he vuelto a leer la expresión en algún sitio. Una frase más en la lluvia torrencial de frases en internet que quieren iluminarnos con su sabiduría (y ante las que en general no nos dejamos iluminar). Me pregunto quién fue el primero que la dijo. Seguro que los griegos ya la apuntaron, con otras palabras (claro, en griego). Y me parece una frase estupenda cuando la oyes por primera vez. Luego empieza a repetirse y va perdiendo brillo, y acaba siendo un chiste en una serie. Pero si humildemente la volvemos a considerar veremos que es una gran verdad. Eso es lo máximo a que podemos aspirar, a ser la mejor versión de nosotros mismos. Olvídate de aquello de que si te lo propones puedes conseguir cualquier cosa. Ya venimos programados para movernos dentro de un margen de posibilidades (todos los condicionantes físicos y no físicos) y lo que nos podemos (y nos pueden) exigir es explotar al máximo nuestras aptitudes, ser nuestra mejor versión. Que, ¡ojo!, sigue siendo mucho, muchísimo.

sábado, 5 de agosto de 2017

Milliner

Aviso: si tienes cosas que hacer no sigas leyendo. No es que me sobren lectores, al revés, pero tampoco nos vamos a enfadar si no me lees. De hecho leerme es algo extraordinariamente raro en la naturaleza y aunque no voy a decir que escribo solo para mí, voy llegando al convencimiento de que soy yo el principal beneficiario del blog. Lo disfruto por partida doble, cuando lo escribo y cuando lo leo. Y escribo cuando siento la pulsión de hacerlo; a veces a partir de un sueño, de lo soñado dormido por contraste con lo soñado despierto que es, en general, este blog. Y he tenido unos confusos sueños de fechas, o mejor dicho de años. Me decía a mí mismo que aunque volvía una y otra vez a evocar algún año de mil setecientos y pico o incluso de mil seiscientos y pico, los años concretos eran 1860 y 1865. Entre esos años concretos sucedió la guerra de secesión norteamericana (más o menos, creo) y no sé por qué en mis ensoñaciones aparecían años anteriores. Y luego estaba la palabra del sueño (soy reincidente en esto de la palabra). La palabra era "milliner". Conocía esta palabra inglesa y creía conocer su significado (aproximado al menos). Pensaba que era mercero o mercera, de mercería. Luego a partir de cierta fase del sueño o sueños aparecía otra palabra, "miliband", por asociación sin duda, y pensaba, y esta vez acertaba, que era el apellido de un político inglés. Ya despierto he comprobado que milliner es alguien que hace o vende sombreros de mujer. o sea un tipo concreto de sombrerero. Había mirado antes esa palabra en el diccionario, pero se me había escapado el significado exacto (lo de mercero tampoco estaba tan descaminado). Último dato, "sombrerero" en general en inglés es "hatter", y el sombrerero loco de "Alicia en el país de las maravillas" es "the mad hatter". Y no hacía falta que lo leyeras entero, en todo caso ha sido un placer.