domingo, 27 de agosto de 2017

¿Nada que temer?

El latín no sirve para nada, decían cuando aún se daba latín en el colegio (del griego ni hablamos). La filosofía tampoco. Aunque ignorante recalcitrante yo sospechaba que sí servían, honestamente lo digo. Todo sirve y con el tiempo uno se cubre de una muy leve pátina de cultura, o lo que sea, que consiste en algunos conceptos generales entendidos la mitad al revés y la otra mitad de modo correcto. Aproximadamente. Así aprendimos del estoicismo y del hedonismo. Una especie de cara y cruz de la misma moneda. Percibí en aquellas lecciones de filosofía un cierto desprecio por ambas escuelas. Simplificando al máximo una se basaba en apechugar con el dolor y la otra en la búsqueda del placer. El vaso medio vacío o medio lleno, ¡qué ingenuos!. He recordado esto por la idea de Epicuro sobre la muerte: cuando tú eres, tu muerte todavía no es; y cuando tu muerte sea, tú ya no serás. O sea, como tituló Julian Barnes su libro, "nada que temer". Por saber algo más (sin pasarme) he consultado google y he encontrado una página con "las treinta mejores frases de Epicuro". Maravilloso, las treinta mejores, o sea que aún tiene más. Si yo tuviera treinta mejores frases coincidirían con mis treinta peores frases, porque no habría más. Epicuro (hedonismo) y Zenón de Citio (estoicismo) fueron coetáneos y supongo que se conocieron. Las frases que se les atribuyen están llenas de buen sentido. Para mí que estaban de acuerdo en casi todo.

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