jueves, 29 de agosto de 2019

Rerecuerdo

Recuerdo que una vez escribí una entrada citando el libro de Georges Perec (nacido Peretz) "Me acuerdo". También tiene otro titulado "La vida, instrucciones de uso". Gracias al maestro citador Simon Schneider me entero ahora de que Perec se inspiró, y así lo reconoce en una nota de autor, en otro libro anterior, "I Remember" de Joe Brainard. ¿De dónde sacó la idea Brainard? Me tienta escribir mi "Recuerdo", un libro que si bien no tendría ningún interés en general ni tampoco literario en particular, no dejaría de tener interés humano (porque ser humano sigo siendo). Como adelanto he aquí cuatro cosas que recuerdo en casa de mis abuelos. Recuerdo la aldaba de la puerta y la fascinación que me producía. Inciso sobre la forma correcta de llamar con aldaba: hay que dar tres golpes, no muy seguidos. Si das uno te quedas corto, cortísimo, el ruido puede pasar por el de un objeto al caer o por cualquier otro sonido efímero. Con dos golpes la impresión es de timidez, de inseguridad, de duda. Cuatro, o más, es disparar las alarmas, agobiar, meter prisa. Tres es la medida correcta, toc, toc, toc, alguien llama a la puerta. Fin del inciso, sigo con los recuerdos. Recuerdo el filtro para el agua en el grifo de la cocina y cómo el agua, ya potable, o más potable, salía lentamente al vaso. Recuerdo la balanza y el juego de pesas sobre el aparador. Las pesas serían de bronce o latón, con su especie de cabeza para agarrarlas. Recuerdo el perrito de cerámica en el vestíbulo y cómo se apreciaban las junturas después de haber sido reconstruido tras hacerse añicos (en la noche de los tiempos).

lunes, 19 de agosto de 2019

Bucles

Las canciones vuelven, muchas veces en una película, y a veces se olvida su origen. Así "Unchained Melody", "la canción de Ghost" (película de 1990) resulta que fue compuesta para el cine, sí, pero mucho antes, en 1955 (buen año).  La película se titulaba así, "Unchained" (el melody se lo pusieron más tarde), y era "de cárceles". La palabra "unchained" (desencadenado) no aparece en la letra. Desde entonces se han grabado cientos, tal vez miles de versiones, incluida la que se oye en Ghost de los Righteous Brothers . Que no eran hermanos y además en este caso parece que solo cantaba uno de ellos, Bobby Hatfield, al que hay que reconocer el mérito de que cambió la entonación del "I need your love" del último verso, cantándolo mucho más agudo. Todo esto lo he leído en wikipedia y en realidad había empezado a buscar información sobre otra canción que suena en otra película. Brevemente: La peli es Armaggedon (1998) y la canción "Leaving on a Jet Plane" interpretada por su autor, John Denver. Allá en 1969 fue número uno en la versión casi-original de Peter, Paul and Mary (Pedro, Pablo y María, nunca había caído en lo evangélico del nombre). Hacía mucho que no la escuchaba y me ha alegrado el día reencontrarla. Me he acordado de que en la radio traducían el título como "me voy en un aeroplano", cuando "jet plane" debe ser "avión a reacción" más bien. Me ha parecido que ya nadie dice ni "aeroplano" ni "avión a reacción", y que casi nadie traduce ya los títulos de las canciones. Caigo también ahora (en el momento me doy cuenta de pocas cosas) en que John Denver acabó yéndose de verdad en un aeroplano (o avión a reacción), murió en 1997 al estrellarse pilotando uno.

lunes, 5 de agosto de 2019

Dádiva ecuménica

Estaba de pie en la última fila de la sinagoga y se acercó por el pasillo central la mujer que estaba pasando el cepillo. Repaso la grabación en mi cerebro y recuerdo así mis pensamientos del momento. La sinagoga tenía todo el aire de una pequeña iglesia. La mujer iba de gris pero bastante moderna, casi chic. No sabía que se pasara el cepillo en estos sitios (pero lo ignoro casi todo de sus ritos). Pensé que la mujer, y todos los demás, se daban perfecta cuenta de que yo no era judío. Estaba allí por curiosidad y al acercarse la cesta de las limosnas sentí que debía dar algo. Era una forma de decir "no soy judío, está claro, pero respeto a los judíos y sus tradiciones y ya que estoy aquí como usuario (puntual) de la sinagoga quiero hacer una pequeña aportación para su mantenimiento". Eché mano al bolsillo y encontré una moneda de dos euros. Me pareció una cantidad adecuada, aunque al instante dudé y rebusqué a ver que otras monedas tenía. Pero no tenía nada más, así que me reafirmé en la conveniencia de dejar esa moneda de dos euros en el cestillo. Me pareció que estaba contribuyendo, aunque fuera modestamente, a la convivencia entre seres humanos. Voy a depositar la moneda y veo que en la cesta hay varios receptáculos cilíndricos cada uno con una abertura circular de distinto tamaño. Obviamente cada agujero es del tamaño de una de las monedas de curso legal. Los hay de dos euros, de uno, de cincuenta céntimos... Al  hacer el recuento en la "sacristía" (quiero decir en su equivalente judío) ya está hecha la separación previa de las monedas por su valor. No sé si atribuir el sistema a la laboriosidad del pueblo judío o es una ocurrencia poco práctica sin más. Tanteo con mi moneda y de primeras no cabe, debe ser el agujero para los euros. Con una sonrisa rectifico y la introduzco en el cilindro correcto. La mujer mantiene una expresión neutra y serena.