jueves, 29 de agosto de 2019

Rerecuerdo

Recuerdo que una vez escribí una entrada citando el libro de Georges Perec (nacido Peretz) "Me acuerdo". También tiene otro titulado "La vida, instrucciones de uso". Gracias al maestro citador Simon Schneider me entero ahora de que Perec se inspiró, y así lo reconoce en una nota de autor, en otro libro anterior, "I Remember" de Joe Brainard. ¿De dónde sacó la idea Brainard? Me tienta escribir mi "Recuerdo", un libro que si bien no tendría ningún interés en general ni tampoco literario en particular, no dejaría de tener interés humano (porque ser humano sigo siendo). Como adelanto he aquí cuatro cosas que recuerdo en casa de mis abuelos. Recuerdo la aldaba de la puerta y la fascinación que me producía. Inciso sobre la forma correcta de llamar con aldaba: hay que dar tres golpes, no muy seguidos. Si das uno te quedas corto, cortísimo, el ruido puede pasar por el de un objeto al caer o por cualquier otro sonido efímero. Con dos golpes la impresión es de timidez, de inseguridad, de duda. Cuatro, o más, es disparar las alarmas, agobiar, meter prisa. Tres es la medida correcta, toc, toc, toc, alguien llama a la puerta. Fin del inciso, sigo con los recuerdos. Recuerdo el filtro para el agua en el grifo de la cocina y cómo el agua, ya potable, o más potable, salía lentamente al vaso. Recuerdo la balanza y el juego de pesas sobre el aparador. Las pesas serían de bronce o latón, con su especie de cabeza para agarrarlas. Recuerdo el perrito de cerámica en el vestíbulo y cómo se apreciaban las junturas después de haber sido reconstruido tras hacerse añicos (en la noche de los tiempos).

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