miércoles, 21 de diciembre de 2016

Más citas citables

Sobre la democracia. Leo en el periódico una buena frase atribuida a Benjamin Franklin: "democracia es dos lobos y un cordero votando qué van a cenar". Lo mismo con otras palabras dijo una vez Borges: "la democracia es un abuso de la estadística". Bonitas frases que expresan una faceta de la democracia, su lado oscuro tal vez. Más luz sobre el tema nos da otra conocida frase atribuida a Winston Churchill: "la democracia es el peor de los sistemas de gobierno, si exceptuamos todos los demás". "Atribuida", decía, y es que Franklin nunca dijo nada de dos lobos y un cordero (por cierto que he visto en algún lado "dos lobos y una oveja"... para cenar mejor cordero, ¿no?) y Churchill sí que dijo lo del peor sistema posible, pero puntualizando que "alguien" lo había dicho antes. En los tres casos la frase es sólo parte de más amplios razonamientos, que por vagancia intelectual nos saltamos. Y digo yo que las pegas a la democracia de las dos primeras están basadas en la pobre opinión sobre sus congéneres de Marvin Simkin (el que de verdad dijo lo de los lobos y el cordero) y Borges. Pobre opinión que está plenamente justificada y a los hechos me remito (el mundo va fatal, etc). Al final el sistema político debería ser irrelevante, en un mundo de personas correctamente educadas cualquier sistema valdría. Benjamin Franklin, que fue un gran hombre, sí enumeró trece virtudes que se propuso cultivar: templanza, silencio, orden, resolución, frugalidad, trabajo, sinceridad, justicia, moderación, limpieza, serenidad, castidad y humildad (bueno, vienen cada una con una breve explicación, por ejemplo justicia:  no perjudiques a nadie, ni haciéndole daño ni omitiendo lo que es tu deber). Si todos fuéramos de ese pelaje, ¿importaría el sistema político?. Ser solvente en las trece es (casi) imposible claro, pero en todo caso la preocupación prioritaria de la humanidad debería ser la educación. Y creo que Franklin, Borges y Churchill estarían de acuerdo.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Gol en la final.

Está la tele encendida y donde veo que están dando un gol mío, de penalty. Resulta que es una final de copa. Me extraña porque no lo recuerdo, pero ahí están las imágenes en las que engaño al portero y coloco el balón junto al palo izquierdo. Ahora es el entrenador el que aparece y declara "sí, le ha dado mal, pero, bueno, ha sido gol". Es cierto, pendiente como estaba del portero, mirándole fijamente, no medí bien y le di al balón de refilón. Mejor, porque si le doy bien o la mando fuera o me la para. Al darle mal el tiro salió bastante flojo pero con un efecto extraño que despistó al portero. Me voy situando y me da la impresión de que el estadio era el Manzanares y el resultado final fue de dos a cero. Mi gol no fue decisivo pero, caramba, ¡un gol en una final de copa!. Y encaja el hecho de que fuera de penalty, con dos piernas "tontas" como es mi caso no es fácil meterlo de otra manera (sin olvidar que le di mal). Cuanto más lo pienso, menos me lo creo. Sería más factible, sí debe ser eso, que la final no fuera de fútbol profesional sino de aficionados, o quizás juveniles. Una vez metí un gol en una final (otra vez se disparó una escoba). Un gol olvidado de una final olvidada (tal vez soñada).

martes, 15 de noviembre de 2016

Metafísica

He pasado por la farmacia y he tenido un pequeño contratiempo con una receta. No es lo mismo que algo esté en cápsulas o en grageas (yo iba pensando en pastillas). Todos los días se sigue aprendiendo (recordando) algo, aunque muchas veces no puedes elegir qué. Luego he ido al bar y el camarero me ha dicho, me ha preguntado, que a qué hemos venido aquí. ¿A tomar un café?, le he contestado, y que no, que él decía que a qué habíamos venido a este, taco, mundo. Una pregunta retórica, algo se le había torcido antes de entrar yo; pero también una pregunta que nos hacemos a menudo los humanos, aunque no sea un tema frecuente de conversación. Una pregunta que pide otras preguntas, venimos ¿de dónde?, y nosotros ¿quienes? (y ¿qué es el Ser?, pero ésa se la dejo a Kant). Y al camarero no le he dicho nada, pero para mí que puede que no hayamos venido de ningún sitio. Ya estábamos por aquí, más o menos, si es que somos materia. Materia sublimemente organizada, el premio gordo de la lotería galáctica de la organización molecular (a un árbol le tocó la pedrea, a una roca nada). El ser humano es una combinación afortunada de materia con la capacidad aparente de pensar. Aparente porque no lo veo claro, ¿de verdad que pensamos tomados de uno en uno?. Si yo escribo ésto (o cualquier otra bobada) ¿es merced a mi individual, único e intransferible ingenio, o es más bien el producto de todo lo que me ha ido empapando y que mi (combinación afortunada de) materia ha filtrado?. Pero bueno, el camarero lo que  preguntaba era a qué hemos venido a este mundo, y la verdad es que por más que filtro no tengo ni idea.

martes, 8 de noviembre de 2016

Young As We Are - Sal Mineo (1959)

Sal Mineo, nacido en el Bronx, Nueva York, en 1939, saltó a la fama como actor en 1955 al participar en la película "Rebelde sin causa" junto a James Dean. En años sucesivos desarrolló también  una pequeña carrera como cantante y en 1959 se publicó, como cara B de un single, esta redonda balada juvenil que interpreta con voz acariciante. El compositor era otro joven de 20 años (nacido igualmente en Nueva York, pero en otro distrito, Brooklyn) que se ha convertido con los años en uno de los más grandes autores de la música pop: Barry Mann.
https://www.youtube.com/watch?v=QprOeFb4I7g&t=31s

jueves, 27 de octubre de 2016

Gone global

De la lluvia de información que nos cae encima, el goteo (malayo, inmisericorde) del móvil, el aguacero de internet, los chaparrones de los ya casi anticuados (casi románticos) canales de televisión, el sirimiri de la radio (ancestral), la lluvia mansa del periódico (o de un libro). Todo el mundo siendo ocurrente al mismo tiempo y yo solo capto retazos de conversaciones. Me quedo con algunos nombres, un puñado de anécdotas (que luego olvido precipitadamente). Me da la impresión de que chapoteo en la orilla del mar y juego a vaciarlo con mi cubo de juguete. Y medito que cualquier tarde me pongo a ello en serio, a vaciar el mar. En cuanto tenga algo de tiempo, en cuanto deje de llover.

jueves, 13 de octubre de 2016

Dejo caer un nombre

Otra palabra que vuelve a mi cabeza desde alguna parte donde ha debido estar escondida estos últimos tiempos es "brizna". "Brizna de hierba" en su combinación más ecológica, imagino. Y también imagino que si Walt Whitman hubiera escrito sus poemas en castellano habría titulado así su famoso libro, "briznas de hierba" en vez de "hojas de hierba"; lo digo desde el desconocimiento. Y tal vez lo digo debido a un irresistible impulso que me ha obligado a mencionar a Whitman, a decir en voz alta que "le conozco". Y añado, en voz baja, que no he leído nada suyo. No hace mucho que he aprendido como se denomina (en inglés) esta práctica de colar nombres conocidos en una conversación o canción o novela: name-dropping, dejar caer nombres. Se ha hecho siempre, me excuso.

martes, 20 de septiembre de 2016

Attempting a little poem in English

Boy from Paris
God bless you
God bless you twice
You've got a gift
Got it in China?
Got love to give
Some balm for my baby
Sun, breeze, smiles
Walking in parks
Lots of kisses
Flying from the north
Came home last weekend
Brought some beer
I will get drunk
That was a joke
Loving boy from Paris
Thank you
Just one last thing
Needless to say
Take good care of my baby.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Opinionated

Me gusta esta palabra (inglesa). Me gustaba incluso antes de conocer exactamente su significado. Por asociación libre (deporte que no se me da mal) diría que significa "encebollado" (de onion, cebolla), o para ser más preciso (y ya irme acercando) "encebollado intelectualmente". Literalmente sería algo así como estar bajo el influjo (más bien pernicioso) de una o varias opiniones. Ya lo dijo Clint Eastwood en su papel de Harry Callahan: las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno. Y en general, añado, es mejor no expresarla/enseñarlo (la opinión o el culo respectivamente). La traducción canónica de "opinionated" es "dogmático". Ya sospechaba yo algo en esa dirección, se veía que no podía ser nada bueno. Hasta me va pareciendo que "dogmático" y "encebollado" podrían ser sinónimos.

sábado, 20 de agosto de 2016

Surrealista

Leí una novela surrealista y no entendí casi nada. Bien, es lo suyo. Si entiendes una novela surrealista o algo raro pasa en tu cabeza o algo (realista) pasa en la novela. O eres un fenómeno (¿y algo raro pasa en tu cabeza?).  En todo caso estaba pensando en el surrealismo como un recurso cuando no sabes o no consigues expresar algo. Digamos el cariño. El amplio concepto del amor. El querer a otra persona o a los demás en general. El sentimiento humano del amor. A la familia, a otras personas, a otras personas que se vuelven "especiales". ¿Amo?, ¿me aman?, ¿por qué?, ¿cuanto?. Se trata de algo de lo que quizás no se pueda hablar y sólo haya que sentir. Algo de lo que tengo muy poca idea, o sea que por una causa (no se puede) o por otra (no sé), o por las dos, es lógico que no consiga expresarme demasiado bien. El recurso entonces sería volverme surrealista y decir sangre, infancia, fulgor, destellos, paseos, veranos, poemas, remansos, puñales, simas, montañas, manos, canciones, facciones, emociones, distancias, encuentros, abrazos, cenizas, lloros, gritos, sonrisas, comidas, besos, blogs, goles, adioses, libros y rosas. Luna no, ¿qué tiene que ver la luna con el amor?.

viernes, 5 de agosto de 2016

Mundo vida

Sobre el comienzo del mundo, big bang, sopa cósmica, planetas azules, bacterias, primera ameba, vida inteligente, tú mismo, las teorías son muchas y la verdad una o tres como mucho, y yo conozco la fecha exacta, no muy lejana, en la que comenzó el mundo a girar, o a trazar sus trayectorias elípticas y engañosas, ya que antes no hubo nada, o tal vez hubo el premundo, por llamarle algo, lleno de acontecimientos irreales y huidizos o soñados (pero he aprendido que los sueños dormidos sólo interesan a quienes los tienen). El momento exacto (vale, aproximado) en que comenzó el mundo es cuando yo nací (para que me entiendas, cuando tú naciste) y ahora mismo el mundo está en un punto de equilibrio inestable, en la mitad de un número de malabarismo con tres naranjas girando en el aire, dándome qué pensar, dándome pistas sobre el futuro del mundo; que se acabará, sin dejar sitio para la nostalgia, cuando te acabes tú (para que me entiendas).

jueves, 7 de julio de 2016

Virtus

Ya he dicho (escrito) alguna vez que estoy aquí para repetirme; o para repetir lo leído, oído, olvidado, imaginado o (tal vez) soñado. Me asombra (ahora y siempre) que las palabras acudan y se pongan en fila (aconsejadas por mí) según un orden que es el que me parece (o me suena) que es... agradable al oído. Las palabras que son muchas y que mil veces usadas, de pronto las veo raras, nuevas y me pregunto por su exacto significado. Eso me ha pasado con "virtud", ¿no es, si te fijas, una palabra de lo más rara?. Sobre la virtud han escrito desde antes de existir la palabra; porque, ay, las palabras también son de usar y tirar y lo importante no es el envoltorio (las letras que juntamos v, i, r, t, u, d) sino el significado; el concepto que por consenso secular hemos (han) asociado a esa de por sí insólita sucesión de letras (y aprendo que en griego este concepto u otro muy parecido se expresaba con esta otra palabra: areté). En mi afán de simplificar apunto esta frase que no sé muy bien a quién adjudicar, digamos que a Cicerón, "el único prerrequisito para la felicidad es la virtud". Sí, puede ser. Siendo la virtud, la búsqueda de la virtud, lo único que está en nuestra mano en la vida, no teniendo control sobre nada más (terrible aseveración), lo más lógico y aconsejable es ser felices si somos virtuosos. Claro que como nadie puede ser plenamente virtuoso, nadie (en sus cabales) puede ser plenamente feliz. Libros, carreras universitarias, vidas enteras se han dedicado a explicar qué es la virtud; así que ésto que escribo es solo lo que parece, una elucubración (que no es una palabra sino un palabro, es broma).

viernes, 1 de julio de 2016

I Go to Pieces - Peter & Gordon (1964)

"I Go to Pieces", algo así como "me hago pedazos" o "me derrumbo", es una canción compuesta por Del Shannon que por diversas circunstancias fue publicada por primera vez por el dúo británico Peter & Gordon. Curiosamente tuvo cierto éxito (un número 9) en Estados Unidos pero pasó desapercibida en el Reino Unido. El brillante arreglo y las emocionantes voces la convierten en todo un himno a los amores contrariados.
https://www.youtube.com/watch?v=sSeLwaM_k2U

martes, 21 de junio de 2016

Insomnio

Me dijo que había dormido mal. Se había despertado y no se volvía a dormir. La oscuridad era total y sin embargo se oía el trino de algún pájaro. Parece que había un nido en la enredadera del balcón, eso me dijo (trino, pensé, qué palabra, trinar debe ser como gorjear tres veces). No se dormía, y se daba la vuelta en la cama y nada (cambiar de postura en la cama, de lado, boca arriba, del otro lado, estirar los músculos; no poder moverme es un miedo recurrente.) Así que decidió leer un rato (de ahí vino la conversación, yo también lo he hecho alguna vez.) Con su ebook no necesitaba encender la luz y además estaba intrigado con la novela que acababa de empezar. Le parecía que el autor estaba contando su vida (le apunté que eso es lo que cuentan todas las novelas, la vida). Leyó un capitulo y después, ya sí, se durmió. Eso me dijo.

viernes, 10 de junio de 2016

Números

Estaba lavándome los dientes después de comer y me ha parecido que hacía un momento que me los había lavado después de desayunar, y habían pasado cuatro horas. Puntualizo que hoy me he levantado algo más tarde y que habitualmente son cinco las horas entre desayuno y comida. Y luego siete entre comida y cena. Y doce para completar el ciclo. Cinco, siete, doce, tiene su cosa. Estaba lavándome los dientes intentando que la operación se alargara hasta los dos minutos, ya que es lo que me recomienda el dentista, y qué largo se me hace (vete anotando, cuatro horas en un instante, dos minutos eternos). El dentista insistió en dos minutos tres veces al día, repartiendo el tiempo equitativamente, por fuera, por dentro, por arriba, por abajo, y cuidado porque hay una tendencia en los diestros a cepillarse más el lado izquierdo. Mientras yacía con la boca abierta en su sillón hice el cálculo y luego intenté epatar al dentista (burgués) y le dije que a ese ritmo de cepillado cada año me pasaría tres días completos en ello. Tres días al año, impresionante. Luego camino de casa volví a calcularlo y me salió la mitad, un día y medio (nota mental, repasar siempre las cuentas, varias veces). Tampoco está mal, treinta y seis horas de cepillado al año. Esto de salir del dentista pasó ya hace un tiempo (lo de la visión subjetiva del tiempo transcurrido es de hoy) y me ha venido a la cabeza porque ayer me topé con la palabra "aritmomanía", el trastorno mental de contar obsesivamente (escalones, autobuses, latidos del corazón). Los números como todo, están bien pero sin abusar.

viernes, 27 de mayo de 2016

My true self

Decía Emmanuel Carrère en su último libro que todo texto que había guardado en formato digital a lo largo de los últimos veinte años había acabado perdiéndose (y los cuadernos que había emborronado seguían por ahí, en cajas de cartón, cajones, trasteros). Bueno, debe ser lo normal, aunque "mi texto" (que es este blog) aún sigue por ahí flotando. Y también quizás sigan por ahí todos los correos electrónicos que he enviado y recibido en estos últimos quince años (más o menos, antes no tenía ordenador); aunque aquí, a mi alcance, ya no están. Los he ido perdiendo en colapsos informáticos, cambios de sistema operativo y otras desgracias cibernéticas. La última puñalada trapera me la acaba de dar Microsoft al pasarme graciosamente de Windows 8 a Windows 10. La aplicación de correo ha copiado los mensajes que estaban en las bandejas de "entrada" y "enviados", pero ha desdeñado olímpicamente los de la carpeta "borradores". En esa carpeta tenía yo cuatro mensajes; tres de ellos con letras de canciones en inglés y la cuarta con una lista de una veintena de nombres de usuario y claves de acceso a diversos servicios y sitios web. La factura de la luz, la biblioteca, el banco etc. Bueno, nada grave en realidad; las de uso frecuente me las sé de memoria y las demás se pueden renovar (ya que olvidarse de una clave es lo habitual). En todo caso llueve sobre mojado y estoy con Carrère, todo lo digital (lo virtual) es etéreo, efímero, fugaz y acabará difuminado cual polvo de estrellas. Incluído este blog. Ésto me sirve de recordatorio de quién soy yo en realidad: ese tipo que se mete en la ducha después de quitarse las gafas y dejarlas sobre el lavabo.

jueves, 5 de mayo de 2016

Don Quijote y yo (selfie)

Hace poco me ha salido al paso una cita que me parece de lo más apropiada a la hora de definir al ser humano: "cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces". Advierto cierta retranca. Esta frase la puso Cervantes en boca de Sancho en el capítulo 4 de la segunda parte del Quijote. Don Quijote y yo nos conocemos de antiguo pero no hemos acabado de coger confianza. Vamos, que no he leído el libro. Quiero decir entero, ya que lo he empezado un par de veces. Leer el Quijote se me antoja una pequeña hazaña digna de un caballero lector. Adquirí un ejemplar de una edición popular en 2004 y desde entonces me está esperando (acechante) en su esquina del mueble de la sala. Este selfie por escrito que me hago aquí puede servir de acicate a un nuevo intento de lectura. Ya tengo pensada la estrategia. Visto que el ataque directo (la acometida en términos cervantinos) no ha dado sus frutos, usaré el procedimiento más sutil de leer unas pocas páginas cada día. Si leo diez de media  en menos de cuatro meses caerá el gigante (o puede que sea un molino). Habré leído (y olvidado debidamente) el Quijote. Luego quedará un eco, una sensación; la sombra de una certeza si me pongo estupendo.

jueves, 21 de abril de 2016

A pesar de todo

Digo yo que es estupendo que los políticos sigan discutiendo infatigables y haciendo sus campañas y formando, o intentándolo, sus gobiernos (o sea los nuestros). A pesar de los papeles de Panamá (Panama papers, aliteración en varios idiomas), a pesar del peinado de Hillary Clinton (explicación: ya avisó hace tiempo Hillary que todos los doctorados del mundo eran, por desgracia, accesorios en una mujer si no acertaba con el peinado. Sólo por ese acierto visionario le votaría), a pesar de todos los Frank Underwoods (los tramposos), ¡a pesar de todo!. A pesar de todo no estoy de acuerdo con la perenne matraca del "todo va mal", "todo el mundo roba", "sólo quieren el poder". Reconozco que es difícil sustraerse al "quejío" general y lo habitual, yo incluido, es unirse al coro de supuestos sufridores (aliteración mía); pero quiero aprovechar que nadie me escucha (en el sentido físico) para recordar que, después de todo, los sistemas políticos más o menos democráticos tienen su aquel. Me atrevo a asegurar que hay mucha gente honrada (incluso políticos). Todo va bastante mal, sí, pero podría ir peor.

martes, 5 de abril de 2016

Cambio de coche

My car. Poseo un coche, tipo familiar, con sus buenos miles de kilómetros y sus buenos años de antigüedad (no voy a poner "edad" a esa cosa inanimada). Acabo de pasar la ITV. Digo, la acaba de pasar el coche. O sea, acabo de llevar el coche a que pase la ITV (ya que no sabe hacer nada solo). He tenido un pequeño contratiempo porque cuando el empleado me ha dicho que pise a fondo el acelerador, una densa nube de humo negro procedente del tubo de escape ha ocultado el sol. Fallo grave. De vuelta al taller (donde diligentemente acababa de pasar la revisión) me explican que es normal en coches diesel, que el truco es acelerar previamente unas cuantas veces lejos de las miradas curiosas de los técnicos de la ITV. Cuando el humo negro ha remitido lo suficiente ya puedes pasar la inspección sin problemas. Me pregunto si debería comprar un coche nuevo y valoro la posibilidad de adquirir uno de segunda mano. Un vecino lo hace como norma y siempre conduce un coche de alta gama. Un BMW o así. Me hace cierta ilusión conducir un BMW. Claro que un BMW de segunda mano resulta que cuesta parecido a otro modelo más modesto nuevo. Ahora bien, ese modelo más modesto de segunda mano puede costar la mitad que el mismo modelo nuevo. Eso sería un ahorro, sí señor. Aunque, me acabo de dar cuenta de que lo puedo conseguir más barato. Gratis de hecho. Me voy a vender a mí mismo mi coche actual por una cantidad simbólica de un euro (si no sería una donación con vete a saber que implicaciones en mi declaración de renta). Así seré el feliz poseedor de un coche de segunda mano de gama media, con la ITV al día y sin gastar un euro. Bueno gastando un euro simbólico.

lunes, 21 de marzo de 2016

I'm Hurtin' - Roy Orbison (1960)

Roy Orbison había tenido su primer éxito ese mismo año con "Only the Lonely" (un número 2 en las listas). En su dos siguientes singles repitió fórmula (voz operística, coros onomatopéyicos y amores perdidos) con otros dos temas compuestos al alimón con Joe Melson "Blue Angel" (número 9) y este "I'm Hurtin'" (número 27). Resumiendo: Dum dee dum dee dum ooh yeah yeah!!
El video original, al que he añadido la letra, es obra de "grizzlyten".
https://www.youtube.com/watch?v=iPmeH4NOSL0

martes, 8 de marzo de 2016

Hablando del tiempo

Algo tuvo que fallar para que el idioma castellano (o sea éste) no consiguiera tener dos palabras distintas para el tiempo que hiere y huye y el tiempo de lluvia, viento y luz. Mira el inglés con su "time" y su "weather", dos términos distintos para dos conceptos que poco tienen que ver, más allá de que el tiempo atmosférico es cambiante por definición a lo largo del otro tiempo (la variable tiempo de la física). El tiempo que hace y el que hará mañana (digamos el tiempo dos) me preocupa lo justo. Es el otro, el uno, el que es un misterio a poco que  nos pongamos a cavilar sobre él. Sus (no)límites, su esencia, su irreversibilidad. Cuando oigo los comentarios habituales sobre el tiempo dos (weather) me suelo acordar del tiempo uno (time) y se me ocurre que será un síntoma de que maduramos como sociedad cuando en los ascensores hablemos del tiempo uno (time), como sin duda sucede en Escandinavia (sociedades avanzadas) donde hablar del otro tiempo es irrelevante (nieva y hace frío...) y lo natural es comentar, con Kirkegaard, que "el instante es un tiempo sin tiempo" o reflexionar, mientras llegamos (llegan) al quinto piso, sobre la flecha del tiempo o preguntarse si son equiparables los dos abismos insondables del tiempo pasado y del tiempo futuro o especular si puede llegar el momento (en un nuevo Big Bang tal vez) en que la química cambiara las leyes de sus reacciones y éstas sucedieran exactamente al revés que ahora y como resultado el tiempo comenzara a su vez a correr frenético hacia atrás durante una buena miríada de eras.

sábado, 13 de febrero de 2016

Una palabra a tiempo

Soñamos lo que comemos. En los sueños se nos desordenan las instantáneas del día, se nos mezcla todo y producimos una ficción esclarecedora o un galimatías estomagante (o más bien algo entremedias). He soñado que estaba angustiado. Un malestar general por vagos motivos no especificados aunque intuidos. En medio del desasosiego veía una palabra que se me antojaba mi tabla de salvación. La palabra estaba escrita con mayúsculas de imprenta, suspendida en medio del sueño. La palabra era LEPIDÓPTERO. Era el bálsamo que necesitaba, seguro, aunque se me hacía raro. ¿Lepidóptero?. No me dice mucho, pensaba en el sueño, algo que ver con mariposas, ¿no?. Las mariposas son lepidópteros. Las mariposas son positivas. Las mariposas ayudan. O mejor, las palabras son positivas. Para las situaciones angustiosas agárrate a una buena palabra, aunque de primeras resulte desconcertante (como lepidóptero). Las palabras ayudan.

sábado, 6 de febrero de 2016

Lo que he aprendido hasta hoy

Con nueve años, en ingreso de bachillerato me dieron mis primeras lecciones de inglés. Eso fue hace mucho. Eso fue hace unos cuantos planes de educación. Supongo que nueve años es una edad tardía para empezar con el inglés. Entonces aprendimos de memoria unas cuantas preguntas y respuestas. "What is your name?", "where do you come from?", "do you speak english?". La respuesta a las dos primeras había que individualizarla, para la tercera no. El profesor te preguntaba, "do you speak english?" y la respuesta inmediata, la respuesta que nos convertía en pequeños lores (o loros, en fin), en sofisticados conocedores de idiomas, la rápida respuesta era "yes, a little". Es curioso. Puede que entonces la respuesta no fuera la apropiada. Quizás debería haber respondido algo así como "not really", pero con el tiempo, a lo largo de los años, resultó más y más ajustada a la verdad. "Do you speak english?", "yes, a little". Hablaba (y hablo) un poco de inglés. Cada vez más (y tengo títulos, my friend), pero nunca me ha parecido que el "yes, a little" dejara de ser la mejor respuesta a la pregunta. Y sospecho que lo mismo pasa en otras áreas del conocimiento.

lunes, 18 de enero de 2016

¿Tú ya me entiendes?

"Malentendido" no es gran cosa como palabra. Parece un apaño de última hora. Las palabras básicas, de primera necesidad, debían de estar ya inventadas cuando surgió de pronto la urgencia de poner nombre a un concepto que se había pasado por alto (lo que vendría a confirmar la sospecha de que los antiguos era más ingenuos que nosotros). Y así se recurrió a la chapuza de crear una nueva palabra por el macarrónico procedimiento de juntar dos antiguas. Y de "mal" (palabra negativa donde las haya, sólo superada por "no") y "entendido" (palabra esperanzadora, positiva) surgió este "malentendido" (que se queda en un terreno moderadamente pesimista). Y es que el concepto es imprescindible, insoslayable: se trata del resultado natural de cualquier intercambio de información entre dos (o más) seres humanos. Ese resultado es siempre, lamento decirlo, un malentendido. ¿Por qué es así?. Pues porque no podía ser de otra forma; cada mente humana tiene su experiencia previa, su visión del mundo, su sistema de conexiones neuronales y cada una entiende el mismo fenómeno de forma diferente. Luego claro, todo tiene matices y podríamos hacer una clasificación de pequeños malentendidos, malentendidos habituales (de ración) y grandes malentendidos. Cuando son pequeños los malentendidos (sutiles diferencias de apreciación del fenómeno) suelen pasar desapercibidos y son compatibles con la convivencia armoniosa. Incluso los malentendidos standard no dejan de ser simplemente molestos (he pedido un cortado y el camarero me ha sacado un descafeinado). Son los grandes malentendidos los preocupantes, el origen de muchos males (que quizás se podrían evitar si asumiéramos que el malentendido es lo habitual y no la excepción) Sin embargo es curioso el hecho de que un gran malentendido no siempre tiene efectos negativos. ¿No puede ser que un gran amor, una larga relación de pareja, sea el producto de un gran malentendido que dura y dura y dura?.

miércoles, 6 de enero de 2016

Moleskine

Un objeto romántico, cada vez más, es la libreta. Libreta o cuaderno; rojo o negro o de cualquier color pero encuadernado en una imitación de piel (no de piel auténtica, no te pases). Algo pequeño, manejable y agradable al tacto. El cuaderno rojo de Paul Auster, las libretas de notas de Bruce Chatwin, los cuadernos moleskine. El molesquín es un tejido de algodón que se asemeja al cuero y se ha utilizado en ropa deportiva por su eficacia contra el viento y su adaptación a la piel (evitando ampollas). La palabra original inglesa es moleskin, piel de topo, y quizás fue Chatwin quien le añadió la "e" al referirse a las libretas que compraba en París y que estaban encuadernadas en esa tela, y que también incorporaban una tira de goma de sujección. Cualquier escritor chapado a la antigua (o cualquier aficionado a las letras) lo lleva en el bolsillo interior de la chaqueta o en el bolso. Así podrá acomodarse en la terraza de un café, leer pausadamente su libro y de cuando en cuando sacar su libreta moleskine y tras un breve momento de concentración con la mirada perdida, escribir unas líneas con una cita, un aforismo, una idea a desarrollar, un instante capturado a vuelapluma.