domingo, 28 de mayo de 2017

Elogio de la locura

Andando en bici te das cuenta de que el llano no existe. "Andando en bici" puede ser un oxímoron, una especie de contradicción en los términos. Otro puede ser "risueña tristeza", pero quizás no; una tristeza risueña me parece no solo posible sino incluso aconsejable, Antes solía pensar que a la hipotética pregunta ¿eres feliz? podría responder que soy razonablemente feliz. Ahora mismo tiendo a pensar que igualmente podría responder que soy razonablemente infeliz. Es casi lo mismo, la clave es ser razonable. "Te das cuenta", decía. Un día, por lo que sea, te das cuenta de algo y otro día te das cuenta de que debe haber muchas cosas de las que no te das cuenta. Andando en bici interiorizas que el terreno llano no existe: o vas subiendo o vas bajando. ¿No pasará lo mismo con tantas otras cosas?. ¿No es todo más que ayer pero menos que mañana o, de modo más pragmático, menos que ayer pero más que mañana?. En todo caso siempre estamos buscando el punto medio, el llano, el equilibrio, instintivamente. Centrémonos. Iba a titular esta entrada "Elogio de la moderación", pero con ese título hoy en día no vendes un zapato, así que he plagiado a Erasmo, que también escribió con segundas y obtuvo un éxito instantáneo. El precio a pagar es que se te entienda al revés (pero tampoco importa)

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