jueves, 5 de mayo de 2016

Don Quijote y yo (selfie)

Hace poco me ha salido al paso una cita que me parece de lo más apropiada a la hora de definir al ser humano: "cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces". Advierto cierta retranca. Esta frase la puso Cervantes en boca de Sancho en el capítulo 4 de la segunda parte del Quijote. Don Quijote y yo nos conocemos de antiguo pero no hemos acabado de coger confianza. Vamos, que no he leído el libro. Quiero decir entero, ya que lo he empezado un par de veces. Leer el Quijote se me antoja una pequeña hazaña digna de un caballero lector. Adquirí un ejemplar de una edición popular en 2004 y desde entonces me está esperando (acechante) en su esquina del mueble de la sala. Este selfie por escrito que me hago aquí puede servir de acicate a un nuevo intento de lectura. Ya tengo pensada la estrategia. Visto que el ataque directo (la acometida en términos cervantinos) no ha dado sus frutos, usaré el procedimiento más sutil de leer unas pocas páginas cada día. Si leo diez de media  en menos de cuatro meses caerá el gigante (o puede que sea un molino). Habré leído (y olvidado debidamente) el Quijote. Luego quedará un eco, una sensación; la sombra de una certeza si me pongo estupendo.

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