viernes, 31 de enero de 2014

Esos cielos





Estas son dos palabras que quizás nunca hubiese utilizado juntas en la vida. No encajan en una frase "normal". Pero aquí están. Las he tomado prestadas de Bernardo Atxaga, del título de una de sus novelas: "Zeru horiek", o sea, "esos cielos". Son las palabras que me salen cuando casi cada día alzo la vista y miro al cielo. Los mejores son esos cielos de fondo azul y nubes que están como espolvoreadas al azar. Un ejército de nubes que podrían ser naves de extraterrestres en un despliegue que cubre el horizonte hasta el infinito (y seguramente más allá). Una visión de belleza que se me antoja acerada, casi dolorosa de lo pura y auténtica. Esos cielos que vemos un día tras otro y siempre, siempre me asombran, me dejan sin respiración. Cuadros más hermosos que los de todos los museos del mundo. Esos dieciséis tonos de azul (sixteen shades of blue), que bueno, son más pero tenía que decirlo. Todos los grises, todos los colores del atardecer y del amanecer en esos cielos.

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