domingo, 12 de agosto de 2012

El dudoso destino.

Un razonamiento puesto en boca de Margaret Thatcher en la película "La Dama de Hierro": "Cuida tus pensamientos porque pueden convertirse en palabras, cuida tus palabras porque pueden convertirse en hechos, cuida tus hechos porque pueden convertirse en hábitos, cuida tus hábitos porque pueden convertirse en tu destino". No sé si el "pueden" es mío o suyo. Suyo de Margaret o suyo de Gandhi o nuestro de todos. Lo que viene a decir, me lo explico a mí mismo, es que el destino es una falacia. A veces. Es como aquello otro de que a partir de cierta edad cada uno es responsable de su rostro.O dicho de otra forma nadie nace feo o guapo (o sí nace, pero luego hay un tiempo para tener la cara, la expresión, que nos merezcamos cada uno). O dicho de otra forma, la cara es el espejo del alma. O dicho de otra forma, el destino es para quien se lo trabaja. O, resumiendo otra vez, tus pensamientos labrarán tu destino. Dentro de lo que cabe, claro.

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