viernes, 1 de marzo de 2013

Mi record mundial

Se ha difundido estos días la imagen de una japonesa de 114 años como poseedora del record Guinness de longevidad femenina. Me causa extrañeza que alguien pueda asegurar tal cosa, siendo tantos como somos en el planeta; aunque lo que no tiene duda es que alguien tiene el record, sea esta señora u otra que no ha salido en los papeles. Por cierto que dicha señora no parece hacer mucho caso al ministro que dijo hace poco que los jubilados japoneses deberían darse algo más de prisa en morirse para que el sistema de pensiones no se colapsase. El ministro recordaba por lo visto la costumbre campesina de dejar a su suerte a los ancianos que habían perdido todos los dientes en la cima del monte Narayama (como se cuenta en la película "La balada de Narayama"). Volviendo a los records me he dado cuenta de que yo mismo fui poseedor en su día de uno. Mundial y absoluto y que incluía tanto al género masculino como al femenino, aunque reconozco que la organización de los "Guinness World Records" no ha considerado oportuno reconocérmelo Pero lo tuve, aquí donde me véis (o me intuís) fui durante un tiempo, seguramente breve tirando a muy breve, el ser humano más joven del planeta.