jueves, 16 de mayo de 2013

Misterio, ficción.

La incertidumbre es lo que nos mantiene vivos. O lo que nos libra del aburrimiento. Hablo del futuro, otra vez; del futuro más allá de este futuro en el que ya estoy (estamos). Del futuro que hay gente que adivina, eso dicen. Tampoco parece tan difícil: En el curso del próximo año te sucederá una desgracia y tendrás una alegría. Casi seguro que acierto, por lo menos en lo de la desgracia. Los profesionales del asunto, los adivinos, los astrólogos, las pitonisas (suelen ser más mujeres, ¿no?) no gozan en general de credibilidad; y por mi parte me adhiero a ese escepticismo (aunque una vez una chica con "poderes" adivinó mi signo del zodiaco). Siendo esto así, ¿por qué en las películas y novelas (en esas reproducciones dramatizadas de la vida) siempre que una adivina misteriosa se cruza en el camino del protagonista y tras ver las líneas de su mano hace un pronóstico sobre su futuro, inexorablemente acierta?. Será que por detalles como éste es por lo que se le llama ficción.

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