lunes, 25 de septiembre de 2017

Ecuación emocional

Cuando la tuve en mis brazos le ofrecí el dedo índice para que lo asiera con su manita. Sentir la ligera presión me hacía feliz, me hacía pensar que el lazo que nos unía era aún mayor. Conté sus deditos, cinco, perfecto. Busqué la otra mano para asegurarme de que también estaba en orden, me estaba entrando un recelo irracional. Sí, otros cinco pequeños dedos, todo bien. ¿Y los pies?. Un dedo del pie parece menos transcendental, pero aún así no quisiera... Con mucho cuidado, tan delicadamente como pude, empecé a palparle un piececito sobre el patuco. Los dedos eran tan pequeños que era difícil distinguirlos. Se me estaba ocurriendo una ecuación que relacionaba mi amor por ella con el número de dedos de sus extremidades y la felicidad a la que estaba destinada en la vida. Miamor x númerodededos = felicidadvital. Si por lo que fuera le faltara un dedo, estaba más que dispuesto a incrementar mi amor para que su felicidad no se redujera ni un ápice.

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