miércoles, 16 de enero de 2019

Familia

Puede que "hablar de alguien" y "hablar mal de alguien" sean expresiones sinónimas. Algo que les pasa mucho a los escritores, y así lo confiesan en sus libros, es que cuando hablan de la familia los aludidos (padres, hermanos, primos, tíos, sobrinos) se enfadan. A ver por qué tenía que ir contando eso, y que además no fue así para nada. Me parece que el comentario más inocuo puede molestar. Si alguien escribe, "el primo Juan tenía un sarpullido que le hacía rascarse continuamente el sobaco", apuesto a que el primo Juan se molesta. Y no digamos si se menciona un defecto (¡y hasta yo tengo defectos!). Si "hablar de la familia" es lo mismo que "hablar mal de la familia", es porque me temo que no existe la familia perfecta. Cada familia tiene sus propios demonios (familiares). Una familia perfecta sería la única de la que un escritor podría hablar sin que se le enfadara algún pariente, y aún así no estoy seguro del todo.

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