miércoles, 1 de mayo de 2019

Biblioteca personal

Bricolaje intelectual, cómo formar tu biblioteca personal. Empiezo por confesar que la principal característica de mi biblioteca personal es que no tengo biblioteca personal, o por lo menos nada que merezca tal nombre. Me gustan los libros (siempre me han gustado) y me gustan las bibliotecas personales, pero yo no tengo una. En este tema tengo el corazón dividido. Por un lado me encanta husmear en cualquier anaquel de libros, por otro ¿para qué coleccionarlos?, una vez leído que viva su vida donde mejor pueda y si, en el futuro, se me ocurre volverlo a leer, ahí está la biblioteca municipal (y algunas bibliotecas personales cercanas). Y, bueno, lo confieso, ahí están los libros digitales. Sí, el tacto y el olor del papel, también a mí me gustan, pero puedo pasar de ello sin trauma. Por supuesto tengo libros en casa, pienso que más que la media (la media es muy baja), pero no llegan a la masa crítica a partir de la cual podríamos hablar con convicción de una biblioteca personal. ¿Cuál es esa masa crítica? Yo la situaría en dos paredes (mínimo dos metros de largo) cubiertas de estanterías. Menos de eso no es suficiente, lo siento. En números, digamos 400 libros. No vale cualquier libro. Descártense regalos de la Caja de Ahorros, libros de cocina, de rutas turísticas, anuarios, la historia del Athletic y el libro Guinness de los récords. Y similares, ya ves por donde voy. Se trata de reunir los libros que te han gustado y los que crees que te podrían gustar. Ya se entiende que no tienes por qué habértelos leído todos (por definición un lector nunca podrá leerse toda una biblioteca), pero sí bastantes. Un buen número en esa cifra de 400 sería haber leído el cincuenta por ciento, 200. A medida que la biblioteca crece este porcentaje, por lógica, disminuye. Mi biblioteca personal ficticia sería sobre todo literatura, con sus variaciones novela, cuento, diarios, memorias, hasta algo de poesía (ya, que no doy la talla, es cierto). Luego en plan testimonial habría también historia, filosofía, biografías y alguna cosita más. Espero que estas indicaciones te hayan servido de ayuda para montarte en casa esa biblioteca personal que, sin duda, mejora el aspecto de cualquier hogar. La semana que viene en Bricolaje intelectual haremos una comparativa de religiones.

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