lunes, 15 de julio de 2019

Fake life

No me engaño, no me engaño, no quiero engañarme, me niego (a engañarme). Como deseo (difuso) no está mal. Sobre mi vida (ya, que no te importa, a mí la tuya tampoco), sobre los afectos y las amistades (sobre los amores, uau). No quiero cargar de pasas mi cake, reconozco que es un bizcocho a secas. Me estoy confesando aquí pero sin irme de la lengua, no names, no real events. No por eso (no por no engañarme) voy a ser menos feliz (o infeliz). Pero, siempre hay un, dos o tres peros. O cuatro o cinco (¿esto es un monólogo, un soliloquio, un desahogo o un nada?). Lo he escrito antes, o por lo menos lo he pensado, las vidas humanas se cuentan por fracasos. Tantos fracasos, tantas vidas. El que no está convencido es un iluso (o un sabio). Asumido esto debo aprender a mirar con simpatía esos fracasos que, vaya por dios, son más pequeños que el mío, ¡son tantos! ¿Y si me estoy engañando y soy un triunfador? Afortunado soy, eso seguro, creo. Un afortunado fracasado que no quiere engañarse, pero (pero, pero) ¿cómo saber la medida exacta de mi fracaso? Nunca la sabré. Y tu vida me importa un poquito.

No hay comentarios: