martes, 22 de octubre de 2019

Family Plot

Mi bisabuelo Andrei era cura y nació en Ucrania. Eso fue hacia 1880 aunque entonces aquella zona era parte del imperio austro-húngaro. Era cura y tuvo un hijo, mi abuelo Yuri. Un hijo legítimo, ya que Andrei era miembro de la iglesia greco-católica ucraniana que depende de Roma pero permite el matrimonio de sus sacerdotes.
De mi bisabuela solo sé el nombre, Olena y que murió cuando Yuri tenía tres o cuatro años. Ignoro la causa de su muerte, pudo ser la guerra (la primera guerra mundial), la enfermedad, la miseria o tal vez las tres cosas a la vez. Calculo que sería 1915. Aquel año lo que hoy es el oeste de Ucrania era escenario de encarnizadas batallas entre los ejércitos austriaco y ruso.
Al morir Olena, Andrei quemó todos sus papeles, cargó sus cuatro cosas en un carro y con el pequeño Yuri al lado se alejó de la guerra y de sus recuerdos. Nunca volvió a hablar de su esposa, que se convirtió en tema tabú para Yuri. Durante los siguientes cinco años padre e hijo deambularon por Centroeuropa sin un destino fijo, sobreviviendo a base de trabajos ocasionales.
Uno de esos trabajos fue de mozo de almacén en un comercio de Praga, donde aguantaron todo un invierno. Yuri lo recordaba porque aquel invierno no pasó tanto frío. Pudo ser 1917. Ese año le diagnosticaron la tuberculosis a Kafka. Quiero decir que Andrei, Yuri y Kafka eran tres de los habitantes de Praga en 1917. Pudieron cruzarse alguna vez.
En 1921 llegaron a Lille, en el norte de Francia, cerca de la frontera con Bélgica. Allí se quedaron. Yuri tenía diez u once años y prácticamente se había saltado la infancia. Una vez le oi decir: “no sé que es la nostalgia”. Andrei fue portero en una casa hasta su muerte en 1938. Escribió en varios cuadernos la historia de su viaje, pero, lástima, lo hizo en ucraniano. Yuri pasó a ser Georges y el ucraniano pronto fue solo un eco lejano en su mente.
Con dieciocho años, en un curso de mecanografía, conoció a una pizpireta chica francesa, mi abuela Clothilde. Se casarían cuatro años después. Clothilde era hija de un acomodado industrial que había inventado, no sé si inventar es la palabra, una barrita de caramelo. La había llamado Delibon. Nuestra abuela decía que aquel caramelo era como su creador, duro por fuera y blando por dentro, y seguido, con voz cantarina, repetía la frase publicitaria “Delibon, le délicieux petit bar”.
En 1928 Yuri/Georges entró de meritorio en la sucursal en Lille de Assicurazioni Generali. Aunque él aún no lo sabía en esa misma compañía de seguros había trabajado Kafka. Con los años esa pequeña coincidencia y el hecho anterior de haber pasado un invierno en Praga se convirtieron en una de las anécdotas que mi abuelo repetía de vez en cuando. De niño estuve convencido de que un tal Kafka, escritor famoso, había sido amigo de mi abuelo.
Georges fue ascendiendo en la empresa y en 1934 le destinaron a una filial que abría oficinas en una pujante ciudad al sur de los Pirineos. Allá se trasladó, ahora como Jorge, con su esposa Clothilde y su primer hijo André, mi tío Andrés. El nombre de la filial era “La Previsora Bilbaina”.

Histoire de famille,  dédié à Basile, Valérie et Yuri  

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