miércoles, 6 de noviembre de 2019

Adagio, máxima, apotegma

Tenía en casa una libreta de propaganda, híbrida de bloc de notas y moleskine, con su boli incorporado y su goma elástica, y hace cosa de un año decidí darle uso apuntando frases que se me ocurrieran. Como actividad complementaria también he ido copiando algunas citas, estas empezando por la última página, para no mezclarlas. De las primeras hasta ahora he escrito dieciocho. Para una mina de carbón, una ruina; para una de diamantes, ni tan mal. Pero bueno, no son diamantes. No son, todas, apotegmas. Dice el diccionario, apotegma: dicho breve, sentencioso y feliz. Si un apotegma es feliz, una máxima puede ser solemne y un adagio musical. Las repaso y el tono general es pesimista, descreído, no me gusto demasiado en ellas. La más reciente es de la semana pasada: “Valgo lo que mi última lectura”. No muy original, pero eufónica; la nombro adagio. "Valgo", comienzo en alto y posible título para un libro de autoayuda; luego sigue, “lo que mi”, tres monosílabos que son casi un puente melódico, ...lo que mi.. ..do re mi... Y el final, “última lectura”, si tienes dudas pon una esdrújula, es el redoble que subraya el sustantivo, la palabra clave, lectura, que tan cerca está de lección. Pensando en el grado de originalidad, adapto el “oir, ver y callar” y me apunto este lema “oir, ver, leer, callar y escribir”. Hay autores, pero sobre todo hay co-autores. Una, que recuperé de la entrada del 18 de enero de 2016 y que propongo como máxima: “El resultado natural de cualquier interacción entre dos seres humanos es un malentendido”. Si esta frase volara sería un Tupolev, cargado de cuatrisílabos. Excavada en el corazón de la montaña es un honesto trozo de antracita que podría quitar el frío una tarde de invierno a un estudiante de filosofía. La que más se acerca, en versión pop, a la felicidad del apotegma creo que es esta: “Decimos I love you, queriendo decir love me tender”. Bilingüe, con ese “love me tender” tomado de la canción de Elvis. Tal vez sea una canica de cristal pero quiero ver un pequeño brillante. En el cielo sería un caza Spitfire sobrevolando los acantilados de Dover.
Post Scriptum: Estas líneas me han sugerido otra frase, la decimonovena de la libreta. Además, me ha salido en verso: “Leerse a uno mismo es un tipo de onanismo”.

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