Te sonará la ley de vagos
y maleantes. Deberían haber afinado más y haber hecho una ley más
específica de vagos y diletantes, que tampoco estaban bien vistos.
Qué mal le harían a nadie los vagos y quedaron marcados. Me duele,
por la parte que me toca. Vagar ya no es delito, supongo, y ser vago
tampoco (y no tengo nada contra el trabajo, incluso considero que con
moderación es bueno). Pero, cuidado, muchas veces se confunden los
términos, no se es vago solo por dejar de hacer algo. Hay un gran
referente literario, Bartleby: “Preferiría no hacerlo”, qué
elegancia. No queda claro en la narración, o yo no lo vi claro, si
su postura, de un día para otro, fue un rechazo al sistema, una
consecuencia de su cansancio vital, el producto puro y simple de una
enajenación mental u otra cosa que se me escapa (como suele ocurrir).
Cualquiera que fuera la razón, la puesta en escena es modélica, un
ejemplo para todos; es la expresión comedida, educada, pacífica,
incluso amistosa, de un deseo. Mi sospecha es que había pasión
soterrada, una voluntad firme enguantada en seda, prefiriría no
hacerlo, y no lo hacía. Hay otro personaje de Melville que podría
ser su antítesis aparente, el capitán Ahab. ¿Qué necesidad tenía Ahab de
perseguir a la ballena blanca? Hasta le veo un punto racista, para mí
todas las ballenas son iguales. Aclaro que en este caso no he leído
el libro (habrá que hacerlo si un noviembre húmedo y lloviznoso se
instala en mi alma), solo he visto la película (de John Huston).
Recuerdo dos escenas, la poco edificante furia vesánica de Ahab
rugiendo desde el púlpito (qué vergüenza, un hombre tan mayor) y
un avistamiento de la ballena al grito de “¡por allá resopla!”
(expresión que, me parece, nunca saldría de los labios de un
marinero en castellano). Dos formas opuestas de estar en el mundo,
pero al servicio de una misma determinación inflexible. En Ahab, la caza de la ballena blanca; en
Bartleby, la calma fría de abstenerse. Imagino al escribiente dando
un paseo hasta la atalaya sobre el puerto, oteando el horizonte y
viendo algo a lo lejos, hummm, ¿no es una ballena?, qué
curioso, es clarita, luego lo apunto en mi diario, bueno,
ya veré, en todo caso no le diré nada a Ahab, ese viejo
cascarrabias.
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