lunes, 17 de noviembre de 2025

Desde este lado del tiempo

    Pío Baroja tituló sus memorias “Desde la última vuelta del camino”. Le dio para ocho tomos. En mi caso, no pienso escribir más memorias que estas, indirectas, que estás leyendo; pero por si acaso tengo un título: “Desde este lado del tiempo”. Como se ve, me inspiro en el título barojiano cambiando la variable espacial por la temporal.
    La vida es un viaje donde se entra por una esquina del tiempo y, después de un intervalo de duración desconocida, se sale por otra. Con veinte años se está en ese lado y con los míos en este otro. Ya que estoy aquí, me animo a comentar algo. Son impresiones subjetivas que, vistas ahora, puede que sean, para mi sorpresa, también objetivas.
    La impresión, por ejemplo, de que es bueno tomar decisiones y tener un plan y unas metas; pero muchas veces, pongas o no algo de tu parte, las cosas pasan, sin más. O la impresión de que con veinte años, o con dieciocho, un ser humano normal, o anormal, da igual, ansía un amor. Es así, no sé por qué. No sé qué es el amor, ni siquiera sé si existe o es un invento cultural; lo que sí sé es que lo ansiamos. Un amor con su incendio y su convivencia, con su pasión y su compromiso.
    Bien, desde este lado del tiempo te lo digo; si no ha llegado, llegará. Vivirás una historia de amor, la que sueñas u otra perfectamente homologable. Tarde o temprano el amor llegará... y pasará. Pasará porque todo pasa, no por otra cosa. Y si hay varias historias, habrá una que será “la historia”.
    Y otra impresión, la última por hoy, que me atañe más bien a mí. La impresión de que según se va uno adentrando en este lado del tiempo se tiene esa idea recurrente de pensar qué hubieras hecho entonces sabiendo lo que sabes ahora. Y cada vez lo veo más claro, hubiera hecho lo mismo, o parecido, porque saber, saber, no sabemos nada, o a lo sumo, como se dice, sabemos a tocino cuando nos untan. Dicho en primera persona, sé a tocino cuando me untan; porque se dice así, .

No hay comentarios: