Hablando de recuerdos y escritura recordamos a Joe Brainard, autor de “I remember” que se ha traducido como “Me acuerdo” (según mi criterio, de traductor no diplomado, hubiera estado mejor “Recuerdo”, luego insisto).
Unos años después Georges Perec publicó su “Je me souviens”, donde reconocía que se inspiraba en el libro de Brainard. Aunque Google traduce esa expresión francesa como “recuerdo”, en la traducción literaria de Yolanda Morató aparece, otra vez, como “Me acuerdo”; tal vez por seguir el precedente del “I remember”.
Curiosamente, décadas más tarde, Nora Ephron tituló “No me acuerdo de nada” un libro suyo de ensayos. La verdad es que me identifico más con este título que con el otro.
Volviendo a los “Me acuerdo”s, la idea era la de confeccionar una lista en la que cada recuerdo se rememora en un texto breve, a poder ser condensado en una sola frase. Memoria fragmentada, ha dicho alguien. Ah, y cada frase comienza por ese “me acuerdo”.
Pero para mí que recordar y acordarse son lo mismo y no lo son. Recordar tiene un matiz de voluntariedad, me pongo a ello y recuerdo; mientras que acordarse lo tiene de involuntariedad, de pronto, por asociación de ideas o porque sí, me acuerdo de algo. Por eso, si tengo que escribir mi lista de fragmentos biográficos optaría por “recuerdo” en lugar de “me acuerdo”.
Si tengo que… no tengo ninguna obligación, por supuesto; pero esa forma de contar me viene bien porque mis recuerdos suelen ser así, flashes de la memoria, instantáneas sin contexto. Como estos...
Unos años después Georges Perec publicó su “Je me souviens”, donde reconocía que se inspiraba en el libro de Brainard. Aunque Google traduce esa expresión francesa como “recuerdo”, en la traducción literaria de Yolanda Morató aparece, otra vez, como “Me acuerdo”; tal vez por seguir el precedente del “I remember”.
Curiosamente, décadas más tarde, Nora Ephron tituló “No me acuerdo de nada” un libro suyo de ensayos. La verdad es que me identifico más con este título que con el otro.
Volviendo a los “Me acuerdo”s, la idea era la de confeccionar una lista en la que cada recuerdo se rememora en un texto breve, a poder ser condensado en una sola frase. Memoria fragmentada, ha dicho alguien. Ah, y cada frase comienza por ese “me acuerdo”.
Pero para mí que recordar y acordarse son lo mismo y no lo son. Recordar tiene un matiz de voluntariedad, me pongo a ello y recuerdo; mientras que acordarse lo tiene de involuntariedad, de pronto, por asociación de ideas o porque sí, me acuerdo de algo. Por eso, si tengo que escribir mi lista de fragmentos biográficos optaría por “recuerdo” en lugar de “me acuerdo”.
Si tengo que… no tengo ninguna obligación, por supuesto; pero esa forma de contar me viene bien porque mis recuerdos suelen ser así, flashes de la memoria, instantáneas sin contexto. Como estos...
(Continuará).
No hay comentarios:
Publicar un comentario