lunes, 2 de agosto de 2021

La reforma

    Los primeros días se trataba de picar, es lo que oía todo el rato; tienen que picar la pared, luego vendrán a picar, hoy terminan de picar. Y picaron, picaron y agujerearon una tubería que empezó a perder agua cuando ya se habían ido los picadores. Quisimos cortar el agua pero se rompió la llave de paso en la cocina. Los vecinos de abajo no estaban. Podía haber sido peor. La coordinación de gremios (qué bella expresión) renqueó un poco, al albañil no le llegaron a tiempo los azulejos.
    La ley de Murphy es una broma pero tiene un fondo de verdad, en cualquier empresa lo natural es esperar que algo vaya mal; que todo resulte perfecto es la excepción. Hay que tenerlo en cuenta antes de ponerse a cualquier tarea.
    Ahora tenemos ducha en vez de bañera. La nueva instalación podría ser una escultura móvil de Alexander Calder o la representación abstracta en acero inoxidable del Caballero de la Triste Figura. El nombre técnico es “columna de ducha termostática”. Sobre su funcionamiento el fontanero dijo que “no tiene nada, es muy fácil”. No dejaron ningún papel.
    Termostática..., yo en principio ni idea (nadie nace sabido). Tiene dos llaves, o mandos, el de la derecha con un botón azul y el otro con un botón rojo. Frío y caliente según toda mi experiencia vital. Pues no exactamente.

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