sábado, 14 de enero de 2023

Opinión en el Tao

    De opinar y opiniones he comentado —por no decir opinado— en varias ocasiones en este blog (interesados valerse de la ventana de búsqueda arriba a la izquierda). Hoy vuelvo a repetirme —como es mi obligación— porque he encontrado esta frase en la versión de Ursula K Le Guin del Tao Te Ching (el texto clásico del taoísmo): La opinión es la flor estéril del Camino, el comienzo de la ignorancia.
    Ese “Camino” es el Tao mismo, el ideal al que deberíamos aspirar, o algo así; y la frase, escrita hace dos mil cuatrocientos años, es difícil de mejorar —me parece— con esa calificación de las opiniones como flores estériles; o sea bellas, cuando lo son, pero insuficientes, casi siempre intrascendentes y, en realidad, síntomas de atrevida ignorancia.
    Soy consciente de que hay que distinguir entre conocimiento y opinión, aunque no siempre sea posible. Habitualmente lo que no es un hechos incontestable es una opinión y dice más del que la aventura que de otra cosa. Para dar una opinión no se exige ningún requisito y qué menos que informarse antes. El problema es que nadie nunca ha estado ni estará informado del todo (salvo que uno sea Dios). Opinar es un deporte de riesgo, por las muchas veces que te caes.
    Pero hay que expresarse, decir algo, escribir; porque no podemos estar callados, y es humano y está bien. Así que seguiré escribiendo y quedando en evidencia; errare humanum est. En mi descargo quisiera pedir que no se entienda lo que digo como “opiniones contundentes” sino como meros comentarios, intuiciones, conjeturas o hipótesis debatibles. Además, en general todas esas no-opiniones ni tan siquiera son mías o, en el mejor de los casos, no lo son del todo.


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