martes, 17 de enero de 2023

Remordimiento

    El estilo remordimiento existe. Estamos hablando de muebles. De esa forma, jocosa, se refieren los anticuarios, y cualquiera que lo desee, a imitaciones cutres de algún estilo renacimiento. El remordimiento —ahora en serio— y el arrepentimiento son primos hermanos y dos de las pulsiones más inútiles del sentir. Inútiles en la práctica, quiero decir. Desde el punto de vista moral —¿dónde me estoy metiendo?— sí que veo el arrepentimiento como algo positivo. Cuando has hecho algo mal y lo sabes lo indicado es arrepentirse, vale. Pero una vez bien arrepentido no hay que flagelarse ni pasarse la vida —igual redundo— reconcomido por el remordimiento. Nota: el guion largo es adictivo.
    La inutilidad de algunas emociones es una de las cosas que se aprenden con los años. Aunque esa aseveración quizá solo valga para un determinado tipo de personas (en el que estoy incluido). El remordimiento desgasta, atormenta y no sirve para nada porque es imposible borrar el pasado. Lo más que se puede hacer es conseguir que nadie lo recuerde tal y como sucedió, algo así como convencer al jurado de que uno es inocente aún sabiendo en su fuero interno que es culpable. Pero sería una salida en falso.
    Las verdades de Perogrullo suelen ser grandes verdades y esta es una: lo pasado, pasado está. Te equivocaste, me equivoqué, todo el mundo se equivoca por muchas posibles razones: por negligencia, por avaricia, por orgullo (estúpido), por cobardía, por ignorancia y hasta por maldad en ocasiones. Esto último no creo que sea lo habitual, quiero pensar que malos malos hay pocos.
    Aunque, sea cual haya sido la causa, es frecuente engañarse a uno mismo y justificar comportamientos inadecuados lo suyo es reflexionar y asumir el error, y luego arrepentirse sinceramente y sentir remordimientos. Sería lo natural, sí, pero tan inútil que no merece la pena sufrir por ello. Lo que yo haría, lo que hago, es perdonarme. Me equivoqué, reconocido, sé que no hay vuelta atrás y me arrepiento, claro, pero la vida empieza cada mañana y mejor para todos asumir el pasado, tomar nota mental de no repetir errores (siquiera intentarlo) y mirar hacia adelante.

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