La vida es un viaje hacia la nada y la escritura un atajo, María Negroni. Hace poco que sé de esta mujer. Cosa normal por otra parte, no se puede conocer a todo el mundo, ni siquiera reduciendo el campo al ámbito de la literatura. El número de autores que han sido, o son, es demasiado grande (y me refiero solo a los buenos).
Esta frase del principio es sugerente, con sus dos partes. La primera, la vida es un viaje hacia la nada, es una afirmación digna de un ateo e inquietante para los agnósticos. De qué va la vida es algo que nos da qué pensar, sabiendo que, en cualquier caso, nunca lo averiguaremos. Pero eso, ir hacia la nada, tiene toda la lógica de la física y de la química; al menos teniendo en cuenta lo que sabemos a día de hoy.
Nacemos de la casi nada (de la unión de dos células) y acabamos en la disolución de nuestro cuerpo al llegar la muerte. Esta afirmación tan contundente, lo del viaje hacia la nada, no la hace Negroni convencida del todo, la plantea como una posibilidad (en su libro “El corazón del daño”).
Luego añade que la escritura es un atajo. ¿Un atajo hacia la nada? Más bien creo que lo que quiere decir es que la literatura es un atajo a la hora de llegar a la conclusión anterior; la literatura nos ayuda a razonar, o intuir, que la vida es un viaje hacia la nada; que gracias a la misma literatura, o por culpa suya más bien, se nos hace corto. O algo así.
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