jueves, 26 de junio de 2025

Catedral

    Hace calor y, por lo visto, más que va a hacer. Cuando levantaron las iglesias no creo que pensarán en ello, en el calor, pero el caso es que en verano dentro se está bien. Por eso mismo, además de por simple curiosidad, nos hemos metido en la catedral. No diré en cual, para no caer en localismos; así cada uno se puede imaginar la que quiera.
    En la puerta un joven capta las conversaciones y apunta datos complementarios: nombres de santos, siglos de antigüedad. Me doy cuenta de que tiene en la mano una taza de hojalata: está pidiendo (limosna). Como nadie se rasca el bolsillo añade un comentario algo agresivo sobre el paro.
    El interior está en penumbra, la luz del día entra por las vidrieras de colores allá en lo alto. Hay bastante gente y se oye el rumor de los pasos y la cantinela de una guía que da sus explicaciones a un grupo numeroso. Casi todas son mujeres de cierta edad. Cuando acaba con el retablo del altar mayor, la guía hace la broma correspondiente e invita al grupo a seguirla por la girola. La girola es el espacio que circunda el altar mayor. Circundar es..., etcétera.
    A media girola, en una hornacina, hay un cuadro que representa a la Virgen al pie de Cristo crucificado y es obra, al parecer, de un famoso maestro italiano. Para verlo bien hay que meter una moneda que activa la iluminación. Este detalle de la monedita no deja de sorprender un poco. Uno del grupo, voluntarioso, la introduce, pero no pasa nada.
    Hay otro par de intentos y la guía acaba yendo a la sacristía a informar del problema. Alguien enciende las luces desde allí. El cuadro es bonito, de líneas sencillas y tonos suaves. La guía insiste en su autenticidad, lo que obviamente no hace sino alimentar las dudas al respecto. Sobrepaso al grupo con dificultad y me quedo sentado un buen rato en uno de los bancos de la nave principal.

No hay comentarios: