domingo, 20 de julio de 2025

Todo y nada

    Hay quien dice que la vida no es una línea recta sino un círculo y que lo que hacemos es dar vueltas. La vida consistiría en trasladarse de un punto A a un punto B, donde resulta que B solo es otro nombre de A. Desde A hasta B la trayectoria no es una recta, ni tampoco una graciosa curva como las que se le piden a un lanzador de beisbol, sino una curva cerrada sobre sí misma que acaba volviendo al punto de partida.
    Tiene sentido, morirse no deja de ser una vuelta al origen y la vida, en general, bien se puede considerar un viaje a ninguna parte. Siendo esto así, una idea complementaria, o un corolario, es que nada y todo son la misma cosa. Es la vieja idea de Sócrates, que siendo de los más sabios de su tiempo se dio cuenta de que nada sabía.
    Una vez, Flaubert le comentó por carta a su musa Louise Colet que quería escribir un libro sobre nada. No imagino libro más etéreo. Decía, Gustavo, que los mejores libros eran los que tenían menos tema. Lo que debía de querer decir era que con el estilo era suficiente (el estilo era lo suyo).
    Me he enterado de esta idea de Flaubert por Muñoz Molina. Parece que, a su manera, la comparte (y a mí ya me tiene medio convencido). Apunta el querido Antonio que, en su opinión, escribir sobre nada es lo que consiguió Cervantes en la segunda parte del Quijote, en la que no pasa nada. O no pasa nada más que la vida.

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