domingo, 5 de agosto de 2007

En la última sala del laberinto

Este blog tiene ya más de doscientas estancias. Un auténtico laberinto con letreros que confunden más que aclaran: Misterios, frases, sueños... Y no cuesta lo que vale, o no vale lo que cuesta. Me cuesta a mí el pequeño esfuerzo de escribirlo y es casi gratis para cualquiera que lo visite. O muy caro, según se mire. Y vale lo que su último post, lo que su última entrada. Porque al visitante le interesa esta última estancia (bueno se asoma a ella curioso y cuando ve que solo hay bla bla bla sigue su camino) y normalmente no se aventura en aquellas otras escritas hace un, dos, seis meses. Se diría que de entrar en ellas dejaría sus huellas en la capa de polvo que ya empieza a cubrirlas. Y yo quisiera gritarle, ¡eh!, ¡que te pierdes lo mejor!. Pero el curioso tiene mejores cosas que hacer, aunque no sean casi gratis como leer este blog.

1 comentario:

vanmar dijo...

Y te oí y te voy leyendo, aunque no comente, me gusta tu espacio...