jueves, 10 de junio de 2021

Párate y toca los pétalos

    No me avisaban y entré en la web de Sanidad. Me encontré con que podía pedir cita previa para la vacuna. Me la dieron para el domingo a primera hora, pero no en el vacunódromo más cercano sino en el hospital comarcal, a 25 kilómetros de casa.
    En ese pueblo vive T., compañero de muchos años en el trabajo, incluso le conocía de antes, de cuando estudiábamos. Una vez estuvimos juntos en un cursillo en Alemania. Dando una vuelta por Hamburgo nos abordó uno con toda la pinta de querer vendernos algo, marihuana o así. T. era moreno de tez y el vendedor le tomó por magrebí mientras a mi, que llevaba barba, me preguntó si era canadiense. Me hizo gracia.
    Igual podía saludar a T. Por lo que sabía su familia había tenido una taberna. Me había hecho a la idea, puede que equivocada, de que esa taberna estaba en la última casa en una de las salidas del pueblo, cerca del nuevo hospital. Había pasado muchas veces por delante de esa casa, en coche o en bicicleta, pero sin detenerme. No estaba seguro de que el bar siguiera en marcha. Lo que sí me parecía probable era que la casa fuera aún de la familia.
    Fui con tiempo, con la idea específica de echar un vistazo. Seguía habiendo bar. A esa hora aún estaba cerrado pero se apreciaba actividad. Por una ventana abierta se oía una radio, habían pasado la fregona y las sillas estaban boca abajo sobre las mesas. En la entrada un cartel informaba de que se ponía el sello del camino de Santiago.
    Me quedé un rato rondando, mirando también a las ventanas de arriba. Tenía preparada la pregunta, perdona, ¿no vivía aquí la familia E.? (E. por el apellido), pero no apareció nadie. Por la parte de atrás se adivinaba, más que se veía, un jardín o huerto y sobre un muro antiguo de piedra de poco más de un metro rebosaba un rosal, todo hojas verdes y flores blancas.
    Acaricié algunos pétalos y me acordé de la frase “stop and smell the roses”. Se me quedó grabada de los Soprano. Junior, el impresentable Corrado Soprano, el tío de Tony, la dice dos o tres veces, “párate y huele las rosas”. El consejo es bueno pero con la mascarilla se me complicaba seguirlo. Dejémoslo en stop and touch the petals, pensé para mí.

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