domingo, 3 de abril de 2022

Mayo del 68

    Ha muerto hace poco Alain Krivine, uno de los líderes de Mayo del 68. De entonces va a hacer 54 años. Yo no estuve pero tengo coartada: era un niño. Julian Barnes tenía 22 años y bien pudo haber estado. Christopher Lloyd, su primer personaje, sí estaba y confiesa (en Metroland) que no se enteró de la revolución o no se enteró lo suficiente. En vez de participar en protestas estudiantiles y correr por los bulevares delante de los guardias se dedicó a investigar para su tesis, ver películas de la nouvelle vague y, sobre todo, tener un romance con Annick, una chica francesa razonablemente sofisticada.
    Del mayo francés tengo una vaga idea adquirida a lo largo de los años. Dos buenas frases que recuerdo: “Debajo de los adoquines (de las calles de París) está la playa”. Y esta otra, “seamos realistas, pidamos lo imposible”. Dos bonitos eslóganes que sirven más para levantar la moral que para otra cosa; y me parece bien, ese es el espíritu.
    Me gustaría que en los próximos años si se da el caso de que la mente se me vaya confundiendo (si es que no lo está haciendo ya) y me convenza a mí mismo de que en mayo del 68 yo estaba en París, como debe ser; si se da ese caso preferiría que en mis recuerdos tuvieran preferencia aquellas tardes con Annick, manteniendo en un segundo plano un fondo de lucha idealista, que una cosa no quita la otra.

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