miércoles, 23 de octubre de 2024

Singular versus plural

    Individualidad. Para empezar, si se alude a lo particular, ¿por qué lleva dentro la palabra “dualidad”? Bueno, ahora ya lo sé, la individualidad es la cualidad de lo que no se puede dividir. Visto así, lo que no me acaba de convencer es que para afirmar algo haya que recurrir a una negación.
    Prefiero uno de sus sinónimos, singularidad (concerniente a la cualidad de uno). Singular suena mejor que individuo. De todas formas, por muy singulares que seamos, por mucho que defendamos nuestra individualidad, lo somos solo en un grado muy relativo. Es una cuestión de estadística.
    En un cálculo rápido: Somos ocho mil millones de seres humanos y por cada uno de nosotros —esto lo leí hace tiempo— antes han vivido otros seis o siete congéneres: en total somos y hemos sido unos sesenta mil millones de individuos. Cada uno distinto de los demás, singular; sí, claro, pero ¿cuánto de diferente? Cuando a uno de nosotros se le ocurre una idea, ¿qué posibilidades hay de que esta sea completamente original? ¿Hay tantas ideas distintas para repartir?
    Vivimos en sociedad, en continuo intercambio con los demás. La verdad pura y dura es que todo lo que pensamos es un eco de lo que piensa la especie. De todas las palabras en las que nos apoyamos ni una sola es de nuestra autoría. Mis neuronas se limitan a batir como una túrmix lo que entra en mi cerebro por mediación de mis cinco inseguros sentidos y a producir un puré más o menos grumoso. Si sale rico, ¿es mérito mío o es una cuestión de azar?

No hay comentarios: