martes, 12 de agosto de 2008

En bicicleta

Alquilé una bicicleta. Recelaba, porque experiencias anteriores no había sido satisfactorias, pero esta vez he tenido suerte. Pude regular la altura del sillín y los cambios iban razonablemente bien. Así que a las siete de la mañana recorrí el carril bicis hasta Palma. Nótense los dos datos de la frase anterior; uno, las siete de la mañana; dos, Palma. No conocía la ciudad, así que al llegar (el carril bicis por la costa es una maravilla) me metí entre calles al azar. Por las calles desiertas, sólo la ciudad y yo.

No hay comentarios: