viernes, 5 de septiembre de 2008

Casas

Las casas crujen. O algunas casas crujen. O quizás sólo es que las puertas no encajan. El caso es que durante la noche he oído varios golpes, ruidos que he atribuido a la combinación de viento y puertas no del todo armónicas con sus marcos. Puede que la casa se esté asentando (o desmoronando). Con veintiún años ya es hora de que siente cabeza. Las casas eran cuasi-eternas en mi imaginación infantil. Ahora comprendo que tienen un ciclo de vida: Se construyen, son habitadas, a veces crecen y un día quedan vacías (mueren). Una casa es quien la habita (mi casa soy yo).

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