lunes, 19 de abril de 2021

Abril

     Salgo de casa y otro día memorable de sol; azul en el cielo y verde furioso en la tierra, a la mañana frío y brisa que acaricia por la tarde. Estamos en abril y si supiera daría una lista de las flores que tocan ahora mismo. Indago y apunto estas: gardenias, lirios, camelias, gladiolos, mimosas. En la jardinera de la cocina tenemos geranios, rojos y rosas.
    Ante esto, ante abril y su luz, pienso en la sempiterna pugna entre la razón y la sensación. Pugna incruenta; ambas conviven, ambas nos construyen. Igual que existe esa flor violeta, el pensamiento, debería haber otra flor, del color que fuera, llamada sentimiento; sería lo justo. La sensación, la emoción, no sé cuanto tiene de propio y cuanto de heredado. No sé si es algo que sale de mí o un eco de la especie. Pero me pasa lo mismo con la razón, desconozco cuanto tiene de mía y cuanto de vuestra.
    Al pensamiento, a la razón, los nombres de las flores y de los meses le deben dar igual. Al sentimiento no, los nombres son materia prima del arte. Abril, el nombre, importa para el sentir. Me encanta esta línea de Paul Simon: “April, Come She Will”, “abril, ella vendrá”, o a lo nativo americano “abril, venir ella hará”. En esta línea está toda la primavera y toda la promesa de un amor. Entonces la razón dice: sí, los seres humanos se emparejan y lo adornan con una exaltación de la luz y de la exuberancia de la naturaleza.
    Las personas nos damos más cuenta de la belleza cuando intuimos que para nosotros no es eterna. La última novela de Elizabeth Strout se titula “Luz de febrero”. No en inglés. En inglés es “Olivia, de nuevo” (Olive, Again). Tiene más gancho “luz de febrero”, es más evocador. Y no está mal elegido, en la novela se alude a como le gusta a Olivia, que va envejeciendo, observar la naturaleza y en especial esa luz de febrero. No sé, no me parece la más atrayente, aunque habrá días; tal vez en Maine. Me quedo con esta luz de abril y la esperanza de que ella venga.

No hay comentarios: