domingo, 4 de abril de 2021

Chamfort

He encontrado un pensamiento de Chamfort que, en mi modesta opinión, tiene mucha gracia (por cierto, otro pensamiento de Chamfort: “La falsa modestia es el más decente de todos los engaños”). El pensamiento al que me refiero es este: “Cuando oigo razonar que, considerándolo todo, la gente menos sensible es la más feliz, me acuerdo del proverbio indio: Es mejor estar sentado que de pie, y es mejor estar tumbado que sentado, pero mejor que cualquier otra cosa es estar muerto”. No sé de donde sacó Chamfort este proverbio, pero hay que estar de acuerdo en que a insensibilidad nadie le gana a un muerto, y también en que el razonamiento inicial (menos sensible, más feliz) es perverso. La gente más sensible es también la que puede en un momento dado saborear la mejor felicidad, la felicidad de tres estrellas Michelín. Ahora bien, es igual de cierto que esa misma gente será también en las circunstancias apropiadas (o más bien inapropiadas) la más infeliz, merced a esa sensibilidad exquisita, a la que cualquier nimiedad, que a otros nos dejaría indiferentes, puede afectar de forma muy negativa. Una cosa va por la otra. El proverbio indio (hindú) que cita Chamfort no lo he encontrado. En cambio me he topado con este presunto proverbio zen que dice lo contrario (o lo mismo pero sin ironía): “Es mejor estar sentado que acostado. Es mejor estar de pie que sentado. Es mejor caminar que estar de pie. Es mejor correr que caminar. Y es mejor volar que correr”. Bueno, igual sobraba lo de volar. Volviendo a la tierra, lejos de los extremos de volar o estar muerto, hay un dicho siberiano (sí, siberiano) que aporta cordura y, de manera indirecta, pone su grano de arena en la búsqueda de la felicidad: “Sentémonos, estando de pie es difícil encontrar la verdad”.

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