sábado, 22 de julio de 2023

Fuera de control

    La entrada anterior del blog es paradigmática: escribo algo (siempre es ahora) y a continuación, como si se tratara de un bumerán que vuelve a por mí (y casi me tengo que agachar para que no me dé), leo lo mismo, o parecido, escrito por alguien (Borges) que lo expresa mejor (todas las cosas le suceden a uno precisamente, precisamente ahora). Quede claro que actúo de buena fe, sin intención de engañar a nadie. Hago mis razonamientos más o menos inspirados y luego resulta que la pólvora ya estaba inventada. A fuerza de repetirse la sensación es agridulce.
    
 Una vez nos fuimos de vacaciones y dejamos a cargo de una vecina el cuidado de una planta que nos habían regalado, una planta exuberante, plena de verdor. A la vuelta vimos que la había regado en exceso, la maceta era un pantano y en poco tiempo murió. Temo que algo similar le haya pasado a este blog, que se me haya ido de las manos y esté fuera de control a fuerza de publicar entradas con un tesón digno de mejor causa.
    El texto ha ido creciendo de forma irresponsable hasta alcanzar un tamaño desmesurado. Esa terquedad que vengo demostrando, que tiene algo de adicción y no deja de producir cierto estrés, ha acabado creando una especie de ciénaga donde los posibles hallazgos han quedado sumergidos por culpa de esa lluvia inmisericorde de palabras. Cualquier internauta sensato que se asome al blog desistirá de leerlo ante el esfuerzo titánico que supondría recorrer todas las páginas que se han ido acumulando a lo largo de los años. Pero bueno, tiene sus ventajas, me puedo seguir repitiendo sin que nadie se entere.

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