martes, 25 de julio de 2023

Somos los mismos

    Nos hacen gracia las películas de estafadores simpáticos como Robert Redford y Paul Newman en “El golpe” o Ricardo Darín en “Nueve reinas” (o John Cusak en “Los timadores”). A mí me encantan, desde luego; aunque de vez en cuando intento ponerme en el lugar de los timados, que no lo verán igual. Hay una frase repetida por estos artesanos del engaño cuando cuentan —jactándose— sus aventuras y les preguntan por la aparente dificultad de realizar timos en estos tiempos en los que todo el mundo desconfía por principio. La contestación suele ser algo así: Es muy fácil, todas las mañanas sale de casa un tonto, lo único que hay que hacer es localizarlo.
    Se quedan cortos, cada día somos muchos los tontos que salimos de casa y tiene una explicación: en esta vida, en general, se suele dar la circunstancia de que los tontos y los listos somos los mismos. Incluso ellos, los timadores, gozan de esa doble personalidad; son listos para engañar y tontos para acabar descubiertos casi siempre.
    Claro que casi nadie se cree muy tonto y casi todos nos creemos muy listos, cosa esta última improbable a poco que se cumplan las leyes de la estadística. Es curioso que por más que se nos presenten evidencias no nos caemos de ese burro. Seguramente le sucedió al mismo Chesterton que dijo alguna vez que uno se pasa la vida descubriendo que los otros tienen razón; de lo que se deduce —completo el razonamiento— que a menudo estamos equivocados y que no somos tan listos como creíamos. O sí, si como creo se cumple esa circunstancia que ya he mencionado, el hecho poco conocido de que los listos y los tontos somos los mismos.

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