viernes, 15 de marzo de 2024

Una separación

    Una separación es una huida y también es una película iraní muy recomendable. La vieron juntos y les inquietó, pero no comentaron nada. En otra película argentina un profesor siempre acababa sus peroratas con el latiguillo “es complicado”. Esto lo es, aquí hay muchos más puntos de vista que personas implicadas, que personajes en escena. ¿Cuantos matices hay en una separación? Todos más uno. Es la historia de un desencanto. Maduramos, pero seguimos siendo imperfectos. Está el desgaste de la convivencia y luego el de la no convivencia, el alejamiento emocional.
    Acordaron ir a un terapeuta, un mediador, un psicólogo, un sabio, un sabelotodo, un tontolaba; duraron tres sesiones, pero sirvió para hablar sin interrumpirse, para desahogarse, para intentar ser sinceros. ¿Amor?, ella echa un bufido; amor, amor, eso es mucho decir; se gustaban, se querían sin aspavientos, ¿no es suficiente?, ¿es que hace falta amarse para formar una familia? La palabra matrimonio ahora le suena horrible. Tampoco entiende que nadie hable de su “proyecto vital”, ni que fuera un arquitecto. O lo de “rehacer tu vida”, ¿cómo se puede rehacer algo que nunca ha estado hecho?
    Una se engaña a sí misma con el amor, la engaña el ambiente, el cine y sus tontas películas de bodas. Ya en el brindis de la suya sintió que se estaba equivocando. La parte buena, decía el terapeuta, aha, claro que sí, la había habido, eran jóvenes, se divertían, había sexo satisfactorio, más o menos, tampoco es que batieran ninguna marca.
    Luego fueron cayendo en todos los tópicos. Al darse la vuelta en la cama él arrastraba la manta hacia su lado; así se fue quedando ella, con el culo al aire en todo. También él tenía sus quejas y ella sus manías; esas pequeñas discusiones interminables. Incompatibilidad de caracteres, se dice, pero ¿existen los caracteres compatibles? Otra cosa, ¿es el hombre un animal monógamo, como el pingüino? Y los hijos, no han querido nombrarlos, no quieren meter a los niños, es un pacto. Él le ha pedido: no nos odiemos, hagámoslo por ellos. Al oírlo, ella casi le vuelve a querer.

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