domingo, 14 de abril de 2024

Los comulgantes

    Soy un francotirador de la cultura. Soy Dick Turpin que se ha enterado de que en la diligencia de Coventry llevan una bolsa de doblones de oro. Soy un paseante que oye el canto de un pájaro y se acerca a ver. Por eso, porque alguien la cita en algún sitio, he visto “Los comulgantes”, una película de Ingmar Bergman, de 1963, en blanco y negro: ¿Soy o no soy un valiente?
    El título original es una palabra sueca larga e impronunciable. En inglés fue “Winter Light”, Luz de invierno. La película me ha gustado, en su austeridad, en el filo cortante de su fotografía, en sus diálogos que dicen cosas que importan. Te la voy a destripar para que no tengas que verla. No toda, solo una parte que hasta me ha hecho gracia dentro de lo terrible que es.
    El caso es que el cura protagonista recibe a un feligrés, pescador de profesión con tres hijos y esposa embarazada. Este buen vecino está deprimido. La causa es, ni más ni menos, que se ha enterado de que China posee armamento nuclear y está dispuesta a utilizarlo porque no tiene nada que perder. Son los tiempos de la guerra fría. China puede lanzar una bomba atómica sobre Suecia y el hombre, apellidado Persson, lo ve todo negro.
    Bueno, pues el cura lo recibe y se pone —error grave por su parte— a contarle sus propias cuitas: que le atormenta el silencio de Dios y que se le murió la mujer, que desde entonces ya no le importa vivir o no vivir. Estos dos se suicidan juntos, pensé. Pero no, solo se suicida Persson, por el pánico nuclear. Bastante culpa del cura, me parece.
    Es poderosa esa idea del silencio de Dios. Para un profano en la materia como yo impacta ese silencio obstinado con el que Dios no se hace ningún favor a sí mismo en cuanto a credibilidad. Pone el listón de la fe a una altura imposible de superar si no dominas el estilo Fosbury o su equivalente en destreza teológica. Después de esta película Bergman hizo otra, de algún modo una continuación, titulada “El silencio”, casi sin diálogos. Esa me parece que no la voy a ver, en el fondo no soy tan valiente.

No hay comentarios: