martes, 2 de abril de 2024

Simplicíssimus

    Hace tiempo que siento un desapego creciente hacia las fotografías. Vas a un sitio y sacas veinte fotos. ¿Para qué?, no las vuelves a mirar nunca. Lo único que has conseguido es estar menos atento a lo que tenías delante. Se acerca inexorablemente un tiempo sin fotos. Cuantas más se hagan más cerca estaremos del otro extremo: ninguna foto.
    Ahora mismo; acaba de amanecer, el sol asoma en el horizonte, ni una nube en el cielo. Podría hacer una foto; pero no, a eso me refiero, mejor empaparse con la luz cambiante sobre los árboles. Escribirlo también es una forma de sacar una foto, pero en diferido, como reflexión que me reconduce el pensamiento (este pensamiento inocuo y entrecortado). Nos hemos complicado la vida sin ninguna necesidad. Después de ver un poco mundo hay que volver a lo simple, como hizo San Agustín pero sin la parte promiscua. Para apreciar algo hay que coger perspectiva, verlo desde el otro lado y luego simplificar; es la línea estoica, más o menos.
    Esto me recuerda a Simplicíssimus, el personaje checo o de por allí cerca (nota posterior: no era checo, era alemán). Puede que no tenga nada que ver pero el nombre es evocador. Keep it Simple, mantenlo simple, es un lema de la Marina (de la Marina de los Estados Unidos, de cuál va a ser) pero vale para todo. Para las fotos o también, es otro ejemplo, para la comida: el pan, alimento básico; estoy bastante orgulloso de eso, de comer pan (y dime Simplicíssimus); no engorda, para nada; cómo va a engordar el pan si es lo que ha comido la humanidad desde hace milenios y Jesucristo una vez lo multiplicó (junto a los peces; el pescado, eso también). El pan que prefiero me sabe a gloria, tanto que suelo decir: no es pan, es bollo. En eso estoy; sin fotos, con pan y menos penas, tirando a estoico.

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