martes, 16 de julio de 2024

Virginia y Marguerite

    Cleenewerck de Crayencour era el verdadero y aristocrático apellido de Marguerite Yourcenar (la autora de “Memorias de Adriano”). El pseudónimo, Yourcenar, es un casi-anagrama de la segunda parte del apellido. El casi se debe a que le sobró una c. En los años treinta Marguerite tradujo al francés The Waves (las olas), la novela de Virginia Woolf, Años después, hablando de su labor como traductora, dijo que no lo hacía por razones alimentarias por la sencilla razón de que traducir no daba para comer.
    Marguerite admiraba a Virginia como a una virtuosa del idioma inglés que perduraría en el tiempo. El 22 de febrero de 1937 acudió a su casa de Bloomsbury para consultarle sobre aquella traducción. Para Virginia, que tenía entonces 55 años y le llevaba unos veinte a Marguerite, la visita fue poco más que una molesta distracción en su dedicada rutina de escritora. El encuentro duró unas dos horas y tuvo lugar en un salón invadido por el crepúsculo débilmente iluminado por el fuego de la chimenea.
    A Marguerite, Virginia le pareció a la vez brillante y tímida con su rostro de joven Parca apenas envejecido. Defendió su idea de que una traducción debía adaptarse al nuevo idioma y no recordar al original. La respuesta de Virginia fue: Do as you wish, (haga como desee) y pronto dirigió la conversación a la situación política del momento, que le preocupaba enormemente.
    En una entrada posterior de su diario, la del 23 de junio, Virginia cuenta como los ojos se le llenaron de lágrimas al toparse en la calle con una larga fila de refugiados de la guerra civil española. Supuso que huían de Bilbao, que acababa de caer. Describe las chaquetas y las maletas baratas, las grandes teteras esmaltadas en azul brillante que portaban, los pañuelos de colores en la cabeza de las mujeres y los regalos de caridad en manos de los niños.

No hay comentarios: