lunes, 4 de noviembre de 2024

Novum verbum

    Todos somos egocéntricos, sospecho; no serlo implicaría padecer algún tipo de trastorno de personalidad. Lo prudente es serlo sin que se note demasiado. Una vez, una conocida, no diré amiga, nos mandó a todos sus contactos un correo electrónico con una foto de su padre que cumplía ochenta años y un texto laudatorio en el que expresaba su emocionada devoción filial. No sé los demás, pero mi reacción, diría que instintiva, fue pensar: esta debe de creer que los demás no tenemos padre. A mí por lo menos nunca se me ocurriría mandar a nadie algo así. A nadie que no fueran mis hermanos.
    Por ese motivo cuando repaso algo escrito procuro quitar todos los yo de los que se pueda prescindir. Una forma de eludir el yoísmo auto-descalificador es diluirse un tanto y utilizar la primera persona del plural. Tiene mucho sentido hacerlo porque un ser humano solo no puede nada, y decir nosotros es apelar a la solidaridad y a la comprensión de los demás, decirle al otro que no te crees mejor que nadie, buscar su complicidad.
    Utilizar el nosotros es una medida humidificadora, en el sentido de que alivia la sequedad del yo. Es broma, a medias; he omitido una ele. Quería decir humildificadora. La palabra no existe (no existía). Es una (humilde) propuesta que hacemos (guiño) para expresar esa idea de algo que ayuda a ser humilde, y que, de paso, por qué no, también refresca un poquito; algo humildificador.

    Nota: Novum verbum es "palabra nueva" en latín. Hace tiempo titulé otra entrada Novum sermo creyendo que significaba lo mismo. Ahora aprendo que no exactamente, al parecer sermo significa "discurso".

viernes, 1 de noviembre de 2024

Más Pessoa

    La literatura es la prueba de que la vida no es suficiente (o de que la vida no alcanza, en otra versión). La cita se atribuye a Fernando Pessoa. Pessoa, persona en portugués, el nombre perfecto para un escritor que fue tantos autores a la vez. No he encontrado donde lo dijo pero las dos testigos que lo aseguran, Rosa Montero y María Negroni, merecen toda mi credibilidad.
    La frase me gusta aunque cualquier desconfiado se sonreiría al oírla, claro, qué iba a decir Pessoa si se dedicaba a ello, a la literatura. Hay quien dice que vida y literatura son incompatibles, cada una excluiría a la otra. El mismo Pessoa afirmó algo en ese sentido: La vida perjudica a la expresión de la vida. Si viviese un gran amor, no podría contarlo; de lo que se deduce que, además de que Pessoa no había vivido aún ningún gran amor, la vida no solo no era suficiente, para él, sino que renunciaba a parte de ella en aras de la literatura.
    Otra cuestión es la premisa de la que se parte, esa insuficiencia de la vida. Siendo como es una impresión general —la de que la vida se nos queda corta— si lo piensas un poco no está tan claro. Una vida sin literatura parece perfectamente posible, de hecho es lo más habitual (como lo es una vida sin fútbol, por cierto).
    También es verdad que si no existiese la literatura habría que inventarla (el alma humana está urdida a base de contradicciones). Además, la vida es la que es, tal cual ha surgido en la naturaleza, decir que no es suficiente sería como querer enmendarle la plana al autor del diseño (si fuera posible identificarlo).